sábado, 19 de septiembre de 2015

Una feria con los mejores toreros

EMILIO GÓMEZ 
POZOBLANCO

La Plaza de Toros de Pozoblanco es una de los edificios singulares e históricos de la comarca de Los Pedroches. Su historia está llena de acontecimientos taurinos. Uno de los momentos más señalados de su historia fue el 26 de septiembre de 1984 en aquella corrida donde Paquirri perdió la vida compartiendo cartel junto a El Yiyo y El Soro. Antes de esa fecha, habían pasado las mejores figuras del toreo. El 16 de mayo de 1913- hace 102 años- Juan Belmonte pisaba albero pozoalbense. En 1951-hace 64 años- los maestros Antonio Ordoñez y Julián Aparicio se juntaban en un cartel grandioso junto a Capetillo de México. El 27 de septiembre de 1960-hace 55 años-se registró el mayor lleno de la historia con Manuel Benítez ‘El Cordobés’ que no tenía rival por aquellos años. El caballo ha sido también una de las grandes pasiones de los amantes del caballo. En 1973, los Peralta junto a Álvaro Domecq y Lupi se anunciaron en la feria de Pozoblanco. Un espectáculo han sido las corridas del arte del rejoneo con faenas memorables primero con los rejoneadores de antes y recientemente con Pablo Hermoso y Ventura. Un año antes de morir Paquirri, el 26 de septiembre del 83 toreó el de Barbate junto a Julio Robles y Tomás Campuzano. El 28 de septiembre de 1997 se presentaba en Pozoblanco el faraón de Camas, Curro Romero. También por el Coso de Los Llanos pasaron Rafael de Paula, Joselito, Talavante, Morante, Espartaco, Ponce, Paco Ojeda, Ortega Cano, Perera, El Juli, Manzanares-padre e hijo-, y un sinfín de figuras del toreo.

Particularmente no se puede olvidar el faenón de Dámaso González en los noventa indultando a un toro con unas tandas memorables.

Los años de El Soro, que ha sido el torero más querido en Pozoblanco, la corrida de José Luis Moreno encerrándose con seis toros de Victorino Martín y muchos momentos que dejaron las faenas de Emilio Muñoz, Finito y Litri.

Sébastien Turzack Castella, conocido como Sebastián Castella, es un matador de toros francés nacido en 1983 que viene por primera vez a Pozoblanco.

Castella, Fandiño y Escribano, las grandes novedades de la Feria taurina de Pozoblanco de este año

Las tardes de toros en Los Llanos siempre han sido un acontecimiento. Para ello se lleva haciendo durante décadas espectáculos de primerísimo nivel a pesar de ser una plaza de tercera categoría. Cada año se intentan traer novedades del gusto del aficionado. Este año hay tres nombres propios. Un francés, un vasco y un sevillano. Castella, Fandiño y Escribano.

Sebastián Castella, es el flamante triunfador de San Isidro. El galo ha pedido la ganadería que más le gusta, Alcurrucén, con la que triunfó en Las Ventas. Castella estuvo anunciado ya en Pozoblanco en el 2006 junto a El Fandi y Moreno. Finalmente no toreó. Es un torero que transmite con su quietud, temple y sencillez. Hace fácil lo difícil. Es un torero mentiroso que engaña al toro de un modo tan natural que parece que torear es lo más fácil del mundo. Los que dicen que la belleza está en el interior no han visto a Castella que con su muleta dibuja un mundo bello cada tarde.

Transmite, cala, entra. Un torero auténtico que se sorprende como en nuestro país se persigue al mundo de los toros a pesar de ser el origen de la fiesta. Castella toreará el sábado junto a El Fandi que vuelve al Coso de los Llanos siendo, como siempre, el número uno del escalafón en cuanto a número de corridas toreadas. David Fandila es banderillas, música, bullicio, espectáculo.

El domingo el duelo estará con dos toreros poderosos, guerreros, que son los que esta temporada están desafiando a las figuras que encabezan el escalafón. Fandiño es un torero diferente. Si Castella pondrá el ángel en esta feria, Fandiño la raza, el carácter y una interpretación donde pinta cosas diferentes en su paleta. Faenas repletas de arte rupestre. En la batalla de sus faenas tiene gestos que no se han visto en la tauromaquia. Es único en muchos momentos. Castella es un peso ligero con estampa de señorío y Fandiño es un Hércules con sentimientos a la muleta. Todo ello en medio de la lucha. Un entusiasta con arte. Sus gestos lo delatan como un torero que hace cosas que no se ven en las plazas. No es un torero al uso.

Luego está Manuel Escribano, un torero que siempre tiene hambre. En su foto de móvil tiene al maestro Paquirri. Su enorme parecido en el tercio de banderillas resucitan al maestro de Barbate. Clava arriba, bien, sin aspavientos pero haciendo pleno. Su aventura es tan refrescante que se ha hecho un hueco tras muchos años de soledad con el móvil sin sonar y el traje de luces colgado. No se lamenta de los años perdidos. El mundo del toro sí. Quienes demuestran esa fortaleza de ánimo suelen ser toreros especiales, con tanto orgullo como talento. Querer y poder.

Ahora rompe. Vendrá a darlo todo y a poco que le acompañen los toros, se saldrá en Los Llanos. Es emocionante ver a Escribano comportarse como si no hubiera mañana, ni segundo toro, ni otra corrida. No se reserva nada.

Serán las dos corridas mixtas. Fermín Bohórquez toreará la penúltima corrida de su vida. Ha toreado en diez ocasiones en esta plaza, con más acierto en los primeros que en los últimos años. A Bohórquez le gusta Pozoblanco. Coutiño lo ha traído a los carteles pues fue el que lo ofreció a Buendía. El domingo vendrá Leonardito, que siempre se luce en Los Llanos. Es de los que se mete a la plaza en el bolsillo.

Algunos toreros que han pasado por El Coso de Los Llanos

Juan Belmonte (1892-1962).
Antonio Ordóñez (1932-1998).
Curro Romero (1933).
Manuel Benítez, “El Cordobés” (1936).
Sebastián Palomo, “Palomo Linares” (1947).

Francisco Rivera, “Paquirri” (1948-1984).
José María Dols Abellán “Manzanares” (1953-2014)
Vicente Ruiz Soro, “El Soro” (1962).
José Antonio, “Morante de la Puebla” (1979)
Julián López, “El Juli” (1982).
José María Dols Samper, “Manzanares hijo” (1982).
Alejandro Talvante Rodríguez, “Talavante” (1987).


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