sábado, 26 de noviembre de 2016

Entrevista a Jesús Fernández Habas, ganador del Premio Andrés Núñez de Prado


“Hemos hecho un análisis riguroso de las tres alternativas para el olivar de montaña de Los Pedroches que son el manejo ecológico, el convencional y el abandono” 

ANTONIO MANUEL CABALLERO
LOS PEDROCHES


Jesús Fernández Habas, Pedro Sánchez Zamora y Felisa Ceña Delgado han obtenido el prestigioso premio Andrés Núñez de Prado a la Defensa y Fomento en Agricultura y Ganadería Ecológica, en el apartado de investigación, con un trabajo titulado “Valoración de la Provisión de Servicios Ecosistémicos: El caso del olivar de montaña de Los Pedroches (Córdoba)”. El galardón, otorgado por la Asociación Valor Ecológico (Ecovalia) en colaboración con la familia Núñez de Prado, será entregado este domingo 27 de noviembre en la Almazara Núñez de Prado de Baena. Hablamos con el pozoalbense, Jesús Fernández Habas, que ha mostrado su alegría por el reconocimiento obtenido.


Felisa Ceña, Jesús Fernández y Pedro Sánchez, autores de la investigación premiada. 


– Cuéntenos como vivió el momento en el que le comunicaron que habían ganado el premio.
– Estaba estudiando en la universidad cuando recibí un correo comunicándome que habíamos ganado la XVIII edición de los Premios Andrés Núñez de Prado. No me lo podía creer, aún me dura la sonrisa que se me dibujó en la cara. Rápidamente contacté con Pedro y Felisa para darles la buena noticia. Los tres estamos muy felices de haber recibido este reconocimiento, que sin duda nos ha llenado de fuerza y alegría para seguir trabajando.

– ¿Qué relación existe entre los tres autores del trabajo?
– Pedro y Felisa son profesores del Departamento de Economía, Sociología y Política Agrarias de la Universidad de Córdoba (ETSIAM). Los conocí cuando me impartieron la asignatura de Política forestal en la carrera. Me encantó su forma de dar clase y los temas que se trataron en la asignatura y decidí entrar de alumno colaborador con ellos para ayudar y participar en las investigaciones que llevaban a cabo. Desde entonces comenzamos a trabajar en este proyecto y hoy además nos une una buena amistad.

– ¿Cuándo empezaron a diseñar este estudio que ahora ha sido premiado?
– La idea inicial surgió hace dos años, cuando estaba cursando tercero de carrera.

– ¿Por qué quisieron enfocarlo al caso concreto del olivar de Los Pedroches?
– En gran medida debido a mi propio interés, ya que provengo de una familia olivarera afincada en Los Pedroches. Además quería, aprovechar los conocimientos que estaba adquiriendo en la carrera para tratar de poner en valor las funciones que cumple el olivar de montaña de Los Pedroches. Por otra parte, estos profesores tenían una línea de investigación sobre la valoración de servicios ecosistémicos en agrosistemas, por lo que les pareció muy interesante el colaborar en este trabajo de investigación.

– ¿Cómo fue el desarrollo de su investigación a lo largo del tiempo?
– Durante tercero de carrera compatibilizaba, el estudio con mi formación en servicios ecosistémicos orientado por Pedro y Felisa. El año pasado mientras cursaba el cuarto y último curso, recogí la información empírica y obtuvimos los resultados de la investigación.

– La expresión provisión de servicios ecosistémicos ¿a qué hace referencia?
– Hace referencia a la capacidad de un ecosistema, en este caso el olivar de montaña, de proporcionar a la población una serie de servicios que repercuten positivamente en su bienestar. No solo los bienes comerciales como puede ser el aceite o la leña, sino otros como un paisaje singular, la conservación de la biodiversidad, el control de la erosión, la fijación de la población en el territorio, la regulación hídrica etc..

– ¿Cuáles considera que son las principales aportaciones del trabajo que ustedes han llevado a cabo?
– Mediante el análisis riguroso de datos de las tres alternativas estudiadas para el olivar de montaña de Los Pedroches (manejo ecológico, convencional y abandono), se ha conseguido argumentar que el manejo ecológico es la alternativa que más provee de una serie de servicios ecosistémicos relevantes para la población. Estos resultados y conclusiones aportados en este trabajo pueden servir como herramienta para la toma de decisiones y planificación de políticas como la PAC, ya que algunos de sus objetivos son compensar y potenciar agrosistemas y manejos que cumplan esas funciones.

–  ¿Tienen previsto difundirlo y en el caso concreto de Los Pedroches hacerlo llegar al agricultor del sector olivarero?
– Por supuesto, toda investigación debería hacerse llegar a la población con el fin de ayudar a solucionar los problemas a los que se enfrentan. Nos encantaría que llegase a todos los agricultores y a toda la población en general, pues en este caso, creemos que ayuda a entender el valor del olivar de montaña de Los Pedroches. Además es un aval que pueden utilizar para defender la importancia de este agrosistema y para reclamar estrategias y políticas que ayuden a conservarlo en el mejor estado posible y garantizado que la población pueda seguir viviendo de un aprovechamiento sostenible del olivar de montaña de Los Pedroches. Según las bases del Premio ya está convenido un acuerdo con la Asociación Valor Ecológico para publicar el trabajo.

– El jurado ha destacado su utilidad para tomar decisiones e incluso para planificar políticas como la PAC, ¿qué le parece?
– Nos complace mucho esta conclusión del jurado, porque era uno de nuestros objetivos al plantear la investigación.

– Suele definirse el olivar de Los Pedroches como de sierra, de pendiente o de montaña, siendo ésta última la denominación que ustedes utilizan, ¿existe diferencia entre estos conceptos?
– No son conceptos diferentes, lo que ocurre que en el ámbito de los técnicos, de la investigación y de las instituciones, es más común denominarlo como de montaña o de pendiente, al ser esta una de sus características que más lo definen. Por el contrario la población local, es más común que se refiera a estos olivares como de sierra.

Surgió la agricultura ecológica, ahora ha llegado la biodinámica, ¿está ya todo inventado o seguiremos conociendo en el futuro otros enfoques en el sector?
– Pensamos que nunca está todo inventado. Los diferentes sistemas de producción agraria siempre se han ido adaptando a las distintas necesidades y circunstancias económicas, sociales y ambientales. Quizás hoy en día se demanden sistemas de producción más ambientalmente sostenibles.

– Díganos, ¿tiene futuro un olivar como el nuestro en el que las ayudas públicas son fundamentales para su explotación económica?
– Es complicado dar una respuesta concreta a un tema tan complejo. Es cierto que las ayudas públicas son muy importantes para sostener económicamente este olivar. Pero conviene aclarar que el olivar de montaña no es el único que recibe ayudas públicas, de hecho prácticamente todos cultivos las reciben. Además el futuro de este olivar no depende solo de esas ayudas sino de factores socioeconómicos, como por ejemplo el que haya un relevo generacional de los agricultores y agricultoras.


Imagen de la Sierra de Los Pedroches que ilustra la portada del trabajo. 


– ¿Corre riesgo de abandono en algunas zonas?
– Muchos estudios han señalado el riesgo de abandono al que se enfrentan los olivares de montaña debido a que tienen costes de producción muy altos, que están por encima del umbral de rentabilidad. Por eso precisamente lo incluimos como una de las tres alternativas que estudiamos en el trabajo. El futuro de estos olivares dependerá posiblemente de que las políticas públicas sean sensibles a la multifuncionalidad del olivar de montaña, es decir a esa capacidad de proveer servicios ecosistémicos, de que se le consiga dar ese valor añadido al aceite y de que siga habiendo una población rural que esté dispuesta a cultivarlo.

– Usted es una persona joven, ¿qué le hizo dirigir su formación a este mundo y qué estudios realiza?
– Me crié en un cortijo en plena sierra de Los Pedroches y desde pequeño me interesó como garantizar la sostenibilidad del olivar y como evitar el despoblamiento de esta zona. Además desde siempre me interesó la gestión y conservación de los recursos naturales, así como problemas ambientales derivados del Cambio Climático y la pérdida de biodiversidad. La seguridad alimentaria y otros problemas sociales propios de las zonas rurales pero que tienen repercusiones en el conjunto de la sociedad, también despertaron mi interés. Para abordar los grandes retos y desafíos a los que se enfrenta la sociedad actual (pobreza, seguridad alimentaria, cambio climático, fuentes de energías renovables, etc.) y en los que el medio rural juega un papel fundamental, es imprescindible ampliar la formación y la investigación en el área agroforestal. Estas inquietudes me llevaron a estudiar la carrera de Ingeniería Forestal, que terminé el año pasado. Actualmente estoy cursando un Máster de Ingeniería de Montes, mientras trabajo como alumno colaborador en el Departamento de Ingeniería Forestal de la UCO.

– Las personas mayores recuerdan el trabajo duro de la recolección de la aceituna pero al mismo tiempo de la convivencia y de los buenos momentos vividos en la Sierra o de las canciones que cantaban y hasta de los “amoríos” que surgían. ¿Qué le parece este pasado asociado a nuestro olivar?
– Sin duda todo eso forma parte de la cultura del olivar y de la historia de esta sierra y también aporta riqueza y contribuye a ese encanto especial de esta zona. Cuando contemplamos este paisaje no solo nos asombra que haya un cultivo en ese relieve tan escarpado, nos asombra el esfuerzo de nuestros antepasados de plantar los olivos, de los agricultores y agricultoras que siguen trabajando en esos olivares…Todo ello contribuye a que sea un paisaje cautivador y que sus gentes tengan un fuerte sentido de pertenencia y arraigo a la zona, hecho que ha surgido como resultado en el trabajo. Además forma parte de un patrimonio histórico cultural esencial para el desarrollo rural sostenible de la comarca.

– En el futuro, ¿a qué tarea concreta le gustaría dedicarse?
– A la gestión sostenible de los recursos naturales.

– ¿Tiene este premio alguna dedicatoria especial?

– Me gustaría dedicarlo a los agricultores y agricultoras que siguen trabajando la tierra de forma sostenible, que hacen posible esa provisión de servicios ecosistémicos. Y por supuesto a la sierra, ya que como dijo José Domínguez, El Cabrero, “Cuando conocí la luz, me enamoré de la sierra, de quien me voy a enamorar si no es de mi tierra”.


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