sábado, 25 de febrero de 2017
La Virgen de Luna llegó a Pozoblanco tras una multitudinaria Romería con el ritual de tiempos pasados y algunas novedades
ANTONIO MANUEL CABALLERO
POZOBLANCO
Miles de personas acudieron el domingo 19 de febrero al Santuario de la Jara. Pozoblanco cumplió un año más con la tradición de llevar a la Virgen de Luna hasta la Iglesia Mayor de Santa Catalina con la luna llena que preside año tras año el Domingo de Sexagésima. La dos grandes tormentas que descargaron durante la tarde y la noche del sábado 18 dieron paso a un día fantástico que permitió que la Romería fuera un éxito. Tanto desde el Ayuntamiento como desde la Guardia Civil y Policía Local señalaron que se trataba de una de las Romerías con más afluencia de personas de los últimos años.
POZOBLANCO
Miles de personas acudieron el domingo 19 de febrero al Santuario de la Jara. Pozoblanco cumplió un año más con la tradición de llevar a la Virgen de Luna hasta la Iglesia Mayor de Santa Catalina con la luna llena que preside año tras año el Domingo de Sexagésima. La dos grandes tormentas que descargaron durante la tarde y la noche del sábado 18 dieron paso a un día fantástico que permitió que la Romería fuera un éxito. Tanto desde el Ayuntamiento como desde la Guardia Civil y Policía Local señalaron que se trataba de una de las Romerías con más afluencia de personas de los últimos años.
Durante la madrugada, el tambor de la cofradía recorría Pozoblanco llamando a los hermanos de esta peculiar hermandad militar, que data del siglo XVI, pero cuyas reglas actuales son un privilegio de 1877. A las 08.30 aproximadamente las autoridades despedían a la hermandad, ya formada, camino del Santuario. Hacia esa hora, cientos de romeros se encaminaban ya hacia la dehesa de la Jara por esta mítica vía pecuaria de unos 14 kilómetros.
El alcalde de Pozoblanco, Emiliano Pozuelo, destacaba el alto nivel organizativo que ha alcanzado la fiesta gracias a los cambios introducidos desde el año pasado y la importancia que tomado la ordenación de elementos de romería como las carrozas. 45 en total este año.
El concejal de Urbanismo, Obras y Servicios, Manuel Cabrera, subrayaba la gran cantidad de personas que se desplazaron a la Romería en los 18 autobuses que estuvieron dando viajes de forma ininterrumpida y “llenos de pasajeros”. El edil explicó que el tráfico quedó regulado sin incidencias en todos los caminos y que el nuevo orden de cierres de vías y horarios había contribuido a canalizar mucho mejor la afluencia de romeros. La apuesta por las carrozas ha sido otro de los ejes en los que Cabrera se detuvo, valorando que “evitan la presencia de muchos coches”.
Por primera vez, además, se instaló un escenario en la explanada del Santuario, donde actuaron el Coro Romero Voces de la Sierra y el cantaor, Antonio de Pozoblanco.
Como cada año, durante la misa de campaña celebrada en el recinto empedrado de la ermita, se impusieron las medallas a los hermanos por sus servicios prestados a la cofradía. Fueron distinguidos tres hermanos con la medalla de plata, que hace honor a sus 25 años de servicio en la cofradía. José Luis Torrico, Antonio Claudio Medrán y Francisco del Rey fueron los homenajeados por sus compañeros de formación. Además, se incorporó a filas un nuevo cofrade, Evaristo Ballesteros, quien fue pregonero de las fiestas el año pasado.
Igualmente, se colocaron por vez primera sillas para seguir la misa, con 500 en total.
El pregón de las Fiestas de la Virgen de Luna de Pozoblanco, a cargo de Antonio Garrido Ballesteros, marcó un antes y un después en la concepción de la exaltación de la romería y de todo lo que la rodea. Garrido Ballesteros desarrollo en el Teatro El Silo un espectáculo poético y exaltador de Pozoblanco y sus tradiciones con un prólogo de lujo gracias a la reaparición del mítico grupo Los Amigos del Pueblos, al que pertenecía
Andrés Garrido, padre del pregonero fallecido de forma prematura en 1988. Tras ese introducción con sevillanas que conocen de principio a fin todos los pozoalbenses de más de 35 años, Antonio Garrido desplegó una interpretación sublime de un texto cargado de matices y con un vocabulario amplísimo, en el que tuvieron también hueco muchos términos del léxico particular de Los Pedroches y de la romería de la Virgen de Luna. Acompañado por momentos por un violín y un piano, el pregón, excelso en contenido, fue un éxito de público y marca un hito en la historia de un evento que cumplía 30 años.
Las actividades previas como el taller del tambor, a cargo de Teodoro Cardador, también tuvieron buena acogida.
FOTOS: SÁNCHEZ RUIZ & ANTONIO JESÚS DUEÑAS
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