sábado, 11 de marzo de 2017
El Callejero antiguo de Pozoblanco
ARTURO LUNA BRICEÑO
La historia en Pozoblanco ha ido más lenta que las ganas de cambiarlo todo al impulso de los vientos políticos. Y la victima principal de ese ansia que algunos tienen de pasar a la historia ha sido el callejero. A nadie, cronista o historiador local, se le ha ocurrido narrar la historia de nuestras calles y sus vecinos.
Con los documentos existentes nos podemos retrotraer hasta el siglo XVIII y así saber las calles que existían entonces y que nombre tenían. Pero el documento que mayor claridad aporta es El Catastro de Ensenada.
En los cuatro años que estuve completando el Catastro de Ensenada, que en lo que respecta a Pozoblanco, tenía documentos dispersos en varios archivos nacionales. Para darle mayor rigor elegí hacerlo con los documentos que la Hacienda Real había verificado, comprobado y signado. Su procedencia el Archivo General de Simancas, el Histórico Nacional de Madrid y el Archivo Histórico Provincial de Córdoba. Descarté el Archivo Municipal, porque es muy raro encontrar en ellos actas verificadas y signadas, y también tienen páginas que al compararlas con las que archivó la Hacienda Real, no concuerdan y otros, principalmente los de Familias de Eclesiásticos fueron hechos desaparecer a raíz de las Desamortizaciones de Carlos IV y las de Mendizábal.
Para entender los dos tomos resultantes en el Catastro de Ensenada de Pozoblanco, escribí una guía que está pendiente de publicarse. En ella se encuentra el callejero que conformaba el pueblo en 1752. Por un lado el orden de calles que tenían casas que se citaban directamente y por otro las citas de callejas, callejuelas, callejones y plazuelas que se hacían al describir los límites de vecindad de las viviendas.
La pregunta 22 del interrogatorio General era:
¿Cuantas casas habrá en el pueblo, qué número de habitables, cuantas arruinadas?
Y los de Pozoblanco dijeron: Que en esta población habrá nueve cientas y sesenta casas habitables. Una arruinada. Seis movidas (convertidas) a solares. Treinta y nueve pajares. Y un Pozo de nieve.
Las calles, callejas, callejones y plazas del pueblo citadas directamente y ubicadas en el mapa fueron cincuenta y tres.
Las Callejas, callejuelas, callejones, plazas y plazuelas que se citan sin ubicar en el mapa, aunque de todas se dice de donde parten y a donde van o donde están situadas, fueron 74. Como ejemplo citamos el Callejón de Don José Vélez, en el Torilejo, cuyo corralón fue con el tiempo la primera Plaza de Toros de pago de Pozoblanco.
Los ejidos que se citan eran quince. El que conserva el nombre de este lugar, que nunca fue calle, era el conocido como Ejido de la Cruz de Arévalo, y que con el tiempo se le conoce como Las cuatro esquinas.
Las viñas y pagos eran treinta y seis. Los arroyos que estaban dentro del pueblo o en su entorno treinta y uno. Uno de ellos, el Arroyo del Santo, estaba en la Calle del Cuartelejo, y no Cuartalejo como dice el mosaico que se ha colocado junto a la placa de la Calle Ricardo Delgado Vizcaíno, que es el nombre actual que tiene la vieja calle del Cuartelejo.
Pozos se citan treinta y dos y ninguno de ellos llevaba el nombre de Pozo Viejo. Las fuentes, dentro y fuera del pueblo, eran diecisiete. Y los cerros y piedras nombradas veintiuna y por último las huertas, de las cuales algunas estaban dentro de pueblo, como la Huerta de Juan Dorado, en la Ribera y otras que se conservan hoy día: La huerta de la Monja, La Huerta del Pino y la Huerta de la Clara. El número de ellas en 1752 era de catorce.
Un callejero minucioso y curioso que no concuerda en casi nada con el que se ha colocado en mosaicos en las calles antiguas de Pozoblanco.
La historia en Pozoblanco ha ido más lenta que las ganas de cambiarlo todo al impulso de los vientos políticos. Y la victima principal de ese ansia que algunos tienen de pasar a la historia ha sido el callejero. A nadie, cronista o historiador local, se le ha ocurrido narrar la historia de nuestras calles y sus vecinos.
Con los documentos existentes nos podemos retrotraer hasta el siglo XVIII y así saber las calles que existían entonces y que nombre tenían. Pero el documento que mayor claridad aporta es El Catastro de Ensenada.
En los cuatro años que estuve completando el Catastro de Ensenada, que en lo que respecta a Pozoblanco, tenía documentos dispersos en varios archivos nacionales. Para darle mayor rigor elegí hacerlo con los documentos que la Hacienda Real había verificado, comprobado y signado. Su procedencia el Archivo General de Simancas, el Histórico Nacional de Madrid y el Archivo Histórico Provincial de Córdoba. Descarté el Archivo Municipal, porque es muy raro encontrar en ellos actas verificadas y signadas, y también tienen páginas que al compararlas con las que archivó la Hacienda Real, no concuerdan y otros, principalmente los de Familias de Eclesiásticos fueron hechos desaparecer a raíz de las Desamortizaciones de Carlos IV y las de Mendizábal.
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Vista de la Salchi, la estación y el silo. Se ve San Antonio despejado. Esto era el Pago de Viñas de Las Mimbreras. |
Para entender los dos tomos resultantes en el Catastro de Ensenada de Pozoblanco, escribí una guía que está pendiente de publicarse. En ella se encuentra el callejero que conformaba el pueblo en 1752. Por un lado el orden de calles que tenían casas que se citaban directamente y por otro las citas de callejas, callejuelas, callejones y plazuelas que se hacían al describir los límites de vecindad de las viviendas.
La pregunta 22 del interrogatorio General era:
¿Cuantas casas habrá en el pueblo, qué número de habitables, cuantas arruinadas?
Y los de Pozoblanco dijeron: Que en esta población habrá nueve cientas y sesenta casas habitables. Una arruinada. Seis movidas (convertidas) a solares. Treinta y nueve pajares. Y un Pozo de nieve.
Las calles, callejas, callejones y plazas del pueblo citadas directamente y ubicadas en el mapa fueron cincuenta y tres.
El nombre de la calle Ricardo Delgado Vizcaíno fue posterior al de El Cuartalejo. |
Las Callejas, callejuelas, callejones, plazas y plazuelas que se citan sin ubicar en el mapa, aunque de todas se dice de donde parten y a donde van o donde están situadas, fueron 74. Como ejemplo citamos el Callejón de Don José Vélez, en el Torilejo, cuyo corralón fue con el tiempo la primera Plaza de Toros de pago de Pozoblanco.
Los ejidos que se citan eran quince. El que conserva el nombre de este lugar, que nunca fue calle, era el conocido como Ejido de la Cruz de Arévalo, y que con el tiempo se le conoce como Las cuatro esquinas.
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Casas de la Calle de la Alhambrilla, Luego Jambrilla, por adaptación a la jerga taruga, y ahora Ramblilla. |
Las viñas y pagos eran treinta y seis. Los arroyos que estaban dentro del pueblo o en su entorno treinta y uno. Uno de ellos, el Arroyo del Santo, estaba en la Calle del Cuartelejo, y no Cuartalejo como dice el mosaico que se ha colocado junto a la placa de la Calle Ricardo Delgado Vizcaíno, que es el nombre actual que tiene la vieja calle del Cuartelejo.
Pozos se citan treinta y dos y ninguno de ellos llevaba el nombre de Pozo Viejo. Las fuentes, dentro y fuera del pueblo, eran diecisiete. Y los cerros y piedras nombradas veintiuna y por último las huertas, de las cuales algunas estaban dentro de pueblo, como la Huerta de Juan Dorado, en la Ribera y otras que se conservan hoy día: La huerta de la Monja, La Huerta del Pino y la Huerta de la Clara. El número de ellas en 1752 era de catorce.
Un callejero minucioso y curioso que no concuerda en casi nada con el que se ha colocado en mosaicos en las calles antiguas de Pozoblanco.
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Foto muy antigua del Pozo Viejo visto desde la Calle del Tinte Viejo. |
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