Respeto

ANTONIO RUIZ SÁNCHEZ

(Periodista)

Estos días se habla mucho de respeto y sobre todo de faltas de respeto. Por autobuses que circulan por Madrid, por declaraciones de no sé quien en no sé donde, por expresiones, por acciones o por actitudes en las altas esferas de la política nacional… Son muchas y variadas las faltas de respeto y siempre copan las portadas de los periódicos, las imágenes de los telediarios y los trending topics de las Redes Sociales.

Pero hay muchas otras faltas de respeto ante las que nadie se manifiesta, ni se pronuncia, ni llegan a la primera plana del panorama nacional. Son las faltas de respeto que sufrimos cada uno de nosotros en nuestro día a día y que forman parte de nuestra rutina. Gente a la que le dices hola y no contesta ni aun estando solos en la misma sala, conocidos que miran para otro lado por la calle para evitar saludar, jefes que llaman a sus empleados como si estuvieran llamando al perro, compañeros de trabajo que critican por detrás y luego ponen buena cara, gente que te dice algo para hacerte daño y tiene derecho a total impunidad porque se excusan en que “ellos son muy claros”…

En fin, faltas de respeto. Y de educación. Y son muchas, pero suceden de forma tan cotidiana que nadie se manifiesta porque se han convertido en parte de nuestra vida. ¿Nadie se anima a montar una plataforma contra las faltas de respeto diarias?

Aunque realmente no es necesario llevar a cabo grandes acciones ni montar ninguna parafernalia para evitar esto. Sólo hace falta ponerse en el lugar del otro, un poquito de empatía y un poquito de educación. No es difícil. Habrá gente que nunca cambie y otros que poco a poco sí. Nunca es tarde. Porque el respeto se gana respetando.