sábado, 19 de septiembre de 2015
La feria de nuestro tiempo
MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)
Esta noche, con el pregón de feria, se da el pistoletazo de salida a la feria de Pozoblanco, aunque oficialmente arranca el próximo martes día 22.
En los últimos años se ha debatido mucho acerca de los cambios que se deberían tomar para hacerla en general más atractiva, y para que logre una mayor aprobación tanto por parte de los propios pozoalbenses como también de todos los demás que la visitan.
Luchar contra los cambios de hábitos es difícil, y si a eso sumamos la dura competencia que hoy día suponen las tentadoras ofertas turísticas de final de temporada, tanto para la costa como para el interior, aún lo hace más complicado. Hace 40 años, todos, desde los más pequeños a los mayores, esperaban la feria con verdadera ilusión, porque la feria era casi la única oferta que existía en el año, y nadie quería perdérsela.
Con plena fidelidad y regularidad se ahorraba durante los doce meses para gastarlo en los cinco días de fiesta. Los pequeños y adolescentes con su tradicional “alcancía” y los adultos con su “fondo” que tenían en el bar de costumbre. Hoy preguntas, ¿te quedas en la feria?, y tienes contestaciones para todos los gustos, siendo una parte importante la que afirma que no acudirá o que como mucho irá un día o dos.
El nuevo equipo de gobierno pozoalbense ha adoptado algunas medidas que a priori son positivas, una la bajada del precio de las entradas de las dos corridas de toros y otra el poner una línea de autobuses para pueblos de nuestra zona, para que al precio módico de un euro puedan acudir al recinto ferial en horarios atractivos.
Aparte de todo lo mencionado, hay que contar con el aspecto económico, que se ha resentido mucho durante los últimos años con la mantenida crisis, pues a muchas familias con bajos ingresos les hace imposible el subir todos los días a la feria. Quizás en un medio plazo se tendrá que plantear la duración de la misma, ajustando la cantidad de los días, hecho éste extrapolable a las demás ferias de Los Pedroches. No sería muy descabellado el probar con un día menos, ya que al concentrarse lo fuerte en el fin de semana, la misma podría comenzar la noche del miércoles.
Este año, si el tiempo no lo impide, podremos comprobar si la asistencia a las dos corridas de toros viene en caída como ha ocurrido en los últimos años, cosa que está ocurriendo en muchísimas plazas de nuestro país, o si por el contrario repunta, para beneficio del coso de Los Llanos.
En definitiva, muchas sugerencias de palabrería, pero la realidad es que los hábitos cambian, y a veces es muy complicado el poder luchar contra ellos. La multitud de ofertas en los últimos lustros, sumados a otros efectos restantes, hacen muy difícil, por no decir imposible, una feria al gusto de todos. Respetando, por supuesto, las decisiones de cada uno y su libertad para elegir donde emplear su tiempo de ocio, dentro o fuera de la localidad, pensar que la feria pasa rápido y tendremos que esperar otro año, y no sabemos en qué circunstancias estaremos dentro de doce meses.
Olvidémonos del manido tópico de que para ferias las de antes, disfrutemos con raciocinio lo que podamos y vivamos con alegría ésta, que es la de ahora, la de este año, haciendo extensivo este deseo a todos los pedrocheños y foráneos que quieran acompañarnos.
(Presidente-Editor)
Esta noche, con el pregón de feria, se da el pistoletazo de salida a la feria de Pozoblanco, aunque oficialmente arranca el próximo martes día 22.
En los últimos años se ha debatido mucho acerca de los cambios que se deberían tomar para hacerla en general más atractiva, y para que logre una mayor aprobación tanto por parte de los propios pozoalbenses como también de todos los demás que la visitan.
Luchar contra los cambios de hábitos es difícil, y si a eso sumamos la dura competencia que hoy día suponen las tentadoras ofertas turísticas de final de temporada, tanto para la costa como para el interior, aún lo hace más complicado. Hace 40 años, todos, desde los más pequeños a los mayores, esperaban la feria con verdadera ilusión, porque la feria era casi la única oferta que existía en el año, y nadie quería perdérsela.
Con plena fidelidad y regularidad se ahorraba durante los doce meses para gastarlo en los cinco días de fiesta. Los pequeños y adolescentes con su tradicional “alcancía” y los adultos con su “fondo” que tenían en el bar de costumbre. Hoy preguntas, ¿te quedas en la feria?, y tienes contestaciones para todos los gustos, siendo una parte importante la que afirma que no acudirá o que como mucho irá un día o dos.
El nuevo equipo de gobierno pozoalbense ha adoptado algunas medidas que a priori son positivas, una la bajada del precio de las entradas de las dos corridas de toros y otra el poner una línea de autobuses para pueblos de nuestra zona, para que al precio módico de un euro puedan acudir al recinto ferial en horarios atractivos.
Aparte de todo lo mencionado, hay que contar con el aspecto económico, que se ha resentido mucho durante los últimos años con la mantenida crisis, pues a muchas familias con bajos ingresos les hace imposible el subir todos los días a la feria. Quizás en un medio plazo se tendrá que plantear la duración de la misma, ajustando la cantidad de los días, hecho éste extrapolable a las demás ferias de Los Pedroches. No sería muy descabellado el probar con un día menos, ya que al concentrarse lo fuerte en el fin de semana, la misma podría comenzar la noche del miércoles.
Este año, si el tiempo no lo impide, podremos comprobar si la asistencia a las dos corridas de toros viene en caída como ha ocurrido en los últimos años, cosa que está ocurriendo en muchísimas plazas de nuestro país, o si por el contrario repunta, para beneficio del coso de Los Llanos.
En definitiva, muchas sugerencias de palabrería, pero la realidad es que los hábitos cambian, y a veces es muy complicado el poder luchar contra ellos. La multitud de ofertas en los últimos lustros, sumados a otros efectos restantes, hacen muy difícil, por no decir imposible, una feria al gusto de todos. Respetando, por supuesto, las decisiones de cada uno y su libertad para elegir donde emplear su tiempo de ocio, dentro o fuera de la localidad, pensar que la feria pasa rápido y tendremos que esperar otro año, y no sabemos en qué circunstancias estaremos dentro de doce meses.
Olvidémonos del manido tópico de que para ferias las de antes, disfrutemos con raciocinio lo que podamos y vivamos con alegría ésta, que es la de ahora, la de este año, haciendo extensivo este deseo a todos los pedrocheños y foráneos que quieran acompañarnos.
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