De tabaco y drogas

EMILIO GÓMEZ
(Periodista)


Una de las mejores leyes que se han sacado es la ley antitabaco. La primera ley antitabaquismo entró en vigor en enero de 2006 y prohibía parcialmente el consumo de tabaco en público. Cinco años después, en enero de 2011, entró en vigor la segunda ley del tabaco que ampliaba la prohibición de fumar en todo tipo de locales cerrados, como bares y restaurantes, y en algunos espacios al aire libre como los cercanos a recintos hospitalarios y educativos.



Hubo en un primer momento muchas voces en contra de esta ley que hoy nadie cuestiona. El consumo de tabaco se ha reducido. Si esta medida se tomó porque no se toman otras que también serían muy beneficiosas para todos. En Francia las consecuencias de ofrecer o vender droga a otra persona son fuertes.

La sanción puede ir hasta 5 años de prisión y 75.000 euros de multa, y la pena de prisión puede duplicarse para quien venda u ofrezca estupefacientes a menores o en un establecimiento de enseñanza o de educación o en sus alrededores. ¿Por qué no se toma esta medida aquí en España?
El consumo de cocaína y de las pastillas ha ido creciendo y nadie hace nada. Solo quedan las víctimas (padres desconsolados y familias rotas) pero nadie mueve un dedo por ello. Y luego está el consumo de alcohol. La ley prohíbe fumar en un bar pero también consumir  bebidas alcohólicas en vías y zonas públicas. ¿Y por qué no se persigue? La respuesta es sencilla la ley antitabaco las sanciones las pagaban los dueños de los bares. Dinero de sanciones para el Estado. Beber en lugares públicos va contra la ley pero no se puede sancionar a autónomos como en el caso de los bares y entonces no interesa. No sé lo que habrá detrás pero cada vez hay menos controles, menos redadas.


El alcohol hace tanto o más daño que el tabaco. Y la cocaína ni te cuento. No se persiguen las prácticas dañinas porque no importa el daño sino todo es cuestión de impuestos y dinero.  Así nos va. 

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