Ricardo Delgado, el hombre que cambió la vida de Los Pedroches

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO


Decía el presidente de Covap, Ricardo Delgado Vizcaíno, en las Jornadas de Otoño, que se cumplen 20 años del nacimiento de la Fundación que lleva el nombre de su padre. Posiblemente Don Ricardo, como lo conocían los agricultores y ganaderos de su época, fue una de las personas más importantes que han vivido en nuestra comarca. Con él empezó todo. Tenía una visión a largo plazo que le permitía anticiparse a los acontecimientos y detectaba oportunidades antes que nadie.

A él tenemos que agradecerle, en parte, lo que somos. Nadie niega que Covap es y ha sido el motor que mueve nuestra tierra. La historia de la Cooperativa comienza en aquellos años difíciles donde escaseaba casi todo. Los establos eran viejos y eran muy oscuros, casi tanto como la época. Las tierras eran pobres. Los agricultores y ganaderos caminaban en solitario, muchos muy perdidos en cortijos abandonados. Sin luz, sin agua corriente, sin teléfono, moviéndose en mulos y caballos, y segando a mano. Antes de la creación de Covap, había mucha pobreza en el campo. Existían muchas huertas donde se sembraba de todo con las yuntas. Y  luego estaba la verdura que iba de la huerta a la casa.  Se vendía en las casas y en la calle  pues antes no había supermercados como ahora. Se ganaba poco dinero en el campo. Era una economía de subsistencia.

El agricultor era también  ganadero pues tenía los cochinos para la matanza y alguna vaca, cuya leche era para hacer queso o para vender a los vecinos del barrio. Se cebaba  al ganado y luego se vendía mediante tratantes que venían de distintos lugares de España. El primer paso que dieron conjuntamente estos pequeños ganaderos fue concentrar la oferta de corderos. Estos ganaderos vendieron directamente a mataderos de Madrid e Irún y la iniciativa salió  bien. Tan bien que el siguiente paso fue comprar en común un camión de maíz y otros cereales para alimentar y criar al ganado. El movimiento cooperativo estaba tomando forma.

En enero de 1959 nació la Cooperativa Ganadera de Pozoblanco. Cuatro meses más tarde  pasó a llamarse  Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches. Ricardo Delgado ya vio que había que unir a toda la comarca en un proyecto común, cuyo objetivo claro era dejar de ser meros productores o concentradores de la oferta y añadir valor a sus producciones mediante la transformación y comercialización, dejándolo en la tierra que lo producía, y para eso debían sumar el esfuerzo de muchos. Era el futuro, el principio del sueño que nos convirtió en  lo que somos ahora.



Los Pedroches, como decía el presidente  fundador de Covap, no era una zona rica ni en tierras ni en agua, pero con un elemento humano increíble. Ese factor humano fue el que propició el desarrollo económico y social. Sin una riqueza notoria, había que inventar el producto estrella. Todo en una zona de tierras con escasa fertilidad, con un clima seco y caluroso en verano y muy seco y frío en invierno. Y el tesoro era la leche.  Empezaron en el sector, Guzmán Gómez, Julio García ‘El Miajones’ y un empleado del ferrocarril, quien fue el primero en mandar leche a Peñarroya aprovechando el tren de vía estrecha.

Poco a poco empezaron a sumarse más ganaderos de vacuno de leche. Llevaban la leche al despacho de Antonio Ruiz. Y así fue creciendo el número de vaqueros-como se les ha llamado siempre- y el número de cabezas de ganado. Sin embargo, había mucho camino por recorrer. Se ordeñaba en establos sin luz eléctrica por lo que no se podía tener ordeñadores eléctricas, ni tanques refrigeradores. Las cántaras llevaban el número de socio grabado. Hoy aquel sistema de transporte de la leche en cántaras no cumpliría con los requisitos sanitarios impuestos por Bruselas. Por entonces no se comprobaba el índice de proteínas, de grasa, de bacterias… de un montón de cosas.

Covap fue desde sus inicios, la cooperativa que unía el mundo del campo en nuestra zona. La gente tenía que creer  y apoyarse en ella. Y para ello era fundamental un líder que comandara el proyecto que acababa de arrancar. El líder natural era Ricardo Delgado Vizcaíno. Conquistó a los ganaderos con su buen saber hacer y estar, con su integridad,  predicando con el ejemplo. Era todo un caballero, un tipo que desprendía sabiduría y a la vez humildad. Educado, elegante, brillante y muy  inteligente.  Un adelantado a su tiempo. Tenía mucho talento que multiplicó con mucho trabajo y esfuerzo. La clave estaba ahí. Trabajar mucho, echarle horas al campo y sacarle la mayor riqueza. Era la familia entera del socio la que trabajaba. No quedaba otra. Había que aprovechar  esta oportunidad de oro que ofrecía la cooperativa.

A pesar de ello, hay que tener presente que no siempre fue rentable el campo. Los comienzos fueron difíciles. La clave era ser constantes. Seguir para mañana recoger. Para ello la figura de Don Ricardo fue fundamental. Generó confianza. Supo llenar de inquietudes a los ganaderos y le inyectó ese gran espíritu de superación. Era convincente, un gran comunicador que contagió entusiasmo implicando a todos en un proyecto ilusionante. Supo vender Covap dentro y fuera. Llegaba a acuerdos que fueron muy ventajosos para el crecimiento de la cooperativa. La leche empezó a venderse en Granada, a Uniasa.

Covap no solo cambiaría el modo de vida  en el campo sino que transformaría los pueblos. El sector servicios empezó a funcionar. Camiones para transportar la leche a Granada y camiones  para transportar pienso a  las explotaciones. El sector  del comercio automovilístico también se empezó a mover. La gente del campo tenía que llevar la leche a la cooperativa e  ir a por pienso a la fábrica de piensos. Necesitaba un coche para todo eso. La construcción también repuntaba con este proyecto. Se necesitaba reformar los viejos establos y construir en el campo. Albañiles, carpinteros, herreros, mecánicos, fontaneros. Se crearon muchos trabajos entorno al campo que era el futuro para el desarrollo económico y social de esta comarca.



El empeño de Don Ricardo de que la agricultura y la ganadería fuera un modo de vida, daba sus frutos. La economía de nuestra zona mejoró enormemente. Se había conseguido transformar los pueblos. Él lo hizo buscando el compromiso de la gente del campo con este proyecto que los hacía empresarios industriales, dando participación, y aunando voluntades para sacarlo adelante.  Juntó  esfuerzos, tierras y vacas para trabajar en común, para ser fuertes y sobre todo para que los costes no se dispararan, creando una estructura de mínimos costes y gastos, algo que denotaba su austeridad. Su éxito fue el éxito de todos. Cambió el ánimo de la gente. Tuvo  a los mejores a su lado pues los agricultores y ganaderos de nuestra tierra han sido siempre un ejemplo de superación. La cooperativa no dejó de crecer (fábrica de piensos, de alimentos compuestos, industria láctea, comercialización de leche en UHT, servicios técnicos, primer matadero y secadero…) y así  hasta lo que es hoy. Sin olvidar su apuesta por la cultura, la innovación y el compromiso social con la zona.

No sabemos que hubiera sido de nuestros pueblos si Covap no hubiera aparecido. Mucho nos tememos que hubiera habido una gran despoblación, mayor aún de la sufrida. Nuestros pueblos han experimentado una mejora indiscutible desde los años cincuenta hasta nuestros días. A pesar de las épocas adversas, el campo ha sabido adaptarse ofreciendo un medio de vida digno con una agricultura y ganadería productiva de la que poder vivir y sentirnos orgullosos de ella. Sobre ella ha girado todo el entramado económico de la zona norte de Córdoba.


Covap es actualmente una marca mundial en productos lácteos y cárnicos. Su historia la iniciaron unos hombres de campo que con su líder y presidente, Ricardo Delgado Vizcaíno, consiguieron transformar la comarca de Los Pedroches. Una historia que debería conocer también nuestra generación nacida en el siglo XXI, ya que fue un suceso histórico.


1 comentario :

  1. Cuando estaba en 5º de carrera tuve que hacer un trabajo monográfico para Geografía Económica y aunque no entraba en mis previsiones el profesor me pidió que hiciera el trabajo sobre COVAP. Fue entonces cuando tuve la ocasión de conocer a Don Ricardo, gracias a su amabilidad y su ejemplo hicimos un buen trabajo, y sobre todo para mi que era ajeno al campo, supuso conocer a fondo esa cooperativa y a su fundador.

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