El legado de la Mesta en Los Pedroches (I)

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sábado, 27 de octubre de 2018 | 7:56 1

El legado de la Mesta en Los Pedroches (I)

ARTURO LUNA BRICEÑO

El Catastro de Ensenada de las Villas de los Pedroches nos da noticias de los pastores trashumantes y sus idas y venidas. Curiosamente son en las tierras de los Señoríos: Santa Eufemia y Belálcazar, donde se acogen a los ganados mesteros. Los ganados que alquilaban pastos en las dehesas de esas Villas, según las Respuestas de Villanueva del Duque venían de las Sierras de Cameros en Soria, procedían su mayoría del Concejo de Yanguas, que era la capital de la Comarca de Cameros. Utilizaban para su ida y venida la Cañada Real Soriana, que es la que cruzaba Los Pedroches, a los que accedía por el Puerto de Mochuelos.

El domingo pasado en Madrid fue la Fiesta de la Mesta. Un día en que los ganados, unas cuatro mil ovejas merinas, cruzan por Madrid por la Calle de Alcalá, Puerta del Sol y Calle Mayor para adentrarse en la Casa de Campo. Un hecho simbólico que utiliza el viejo Cordel de la Cañada Real Leonesa. Son ganados extremeños que van de las Sierras a los Extremos, o lo que es lo mismo desde Alar del Rey hasta Oliva de Mérida. No trashuman con la intención de aprovechar los cálidos pastos de sur, lo hacen para reivindicar las cañadas, veredas y cordeles de las antiguas vías agrarias que recorrían España de norte a sur y de oeste a este. 

Ganado Trashumante en la Via de la Plata. 

Pero hay mucha leyenda e inexactitudes de lo que fue y representó el Honrado Concejo de la Mesta y lo que ha quedado de él.

En primer lugar no se tiene muy claro que son las vías o caminos que usaba la Mesta en Castilla. Julius Klein en su libro; “La Mesta” (Alianza Editorial 1979) dice: “En el Privilegio real otorgado por Alfonso X a la Mesta en 1273, la anchura de la cañada se limitaba a “seis sogas de cuarenta y cinco palmos”, o sea unas noventa varas. Estas eran las cabañas reales, constituían tres grandes sistemas de comunicación pecuarias, a saber: la del Oeste o Leonesa, la Central o Segoviana y la del Este o Manchega”.

La vara castellana equivale a 835,9 centímetros y la anchura de la Cañada Real es de 75 metros y 231 centímetros. Y continuaba Klein diciendo: “Además de las cañadas reales existían también muchas ramificaciones y enlaces de menor importancia, llamados cordeles y veredas. En el siglo XVIII medían, respectivamente, la mitad y la cuarta parte de la anchura de la cañada real”. 

Descripción de las Cañadas de la Mesta.

El cordel tenía una anchura de 37,61 metros y la vereda 18,80 metros. El informe de las Cañadas reales, cordeles y veredas de la Mesta, que lleva el título de: “Descripción de las Cañadas Reales de León, Soria y ramales de la de Cuenca y del Valle de Alcudia” fue terminado oficialmente en Madrid el 14 de mayo de 1850, fecha en que se puede dar por desaparecido el Honrado Concejo de la Mesta. Pero no el de la desaparición de las Cañadas Reales, Cordeles y Veredas que debían de estar vigentes, pero rara es la que conserva sus medidas, las que no han sido cerradas por propietarios de fincas o de las que se han usurpado terrenos por construcciones privadas. 

Cañadas 1852. 

El año de 1526 marcó el punto de inflexión del poder de la Mesta. Ese año trashumaron por la cañadas, cordeles y veredas 3.453.168 cabezas de ganado ovino. A partir de esa fecha el número de merinas que trashumaban fue disminuyendo hasta hoy que apenas si lo hacen diez mil, y unas caminan a los pastos cálidos por motivos ecológicos. Otras como las de Soria, con motivos turísticos pues llevan con ellos, como turistas, a todos aquellos, que previo pago quieren caminar, carear, comer y vivir la realidad de la trashumancia. Podíamos decir lo que el Guerra, el torero cordobés, cuando le presentaron a Ortega Gasset en la Tendillas y le dijeron que era “Un eminente filólogo”. A lo que el Guerra, sin inmutarse, contestó: “¡Osú! Hay gente pa too”. 

Vista del Cordel de la Mesta que cruzaba Pozoblanco.