Eduardo Rodríguez recrea en su novela la Hinojosa de comienzos del siglo XX

SATURNINO MUÑOZ
HINOJOSA DEL DUQUE

La primavera siempre es un tiempo propicio para las novedades literarias, para la aparición de nuevas obras o para la irrupción de nuevos autores. La vigésimo octava edición de la Feria del Libro “Ciudad de Hinojosa” celebrada en estos días pasados ha reforzado esta tradición aumentando la nómica de autores y creadores literarios de la comarca de los Pedroches, gracias a la publicación de “El sargento Barbancho”, la primera novela del hinojoseño Eduardo Rodríguez. El alcalde de Hinojosa, Matías González, desgranó en su intervención algunas fases de la publicación de esta obra. “Desde que mantuve los primeros encuentros con Eduardo Rodríguez asumí como algo propio la edición de esta novela, cuya acción transcurre totalmente en Hinojosa del Duque. Una circunstancia que nos lleva a reencontrarnos a través de su páginas con nuestro pasado, con nuestras costumbres y con nuestras tradiciones”. González abogó por la literatura y la lectura como una apuesta por la cultura, por la libertad, la tolerancia, la convivencia y el respeto”. 



El cronista oficial de Hinojosa, Luis Romero, fue el encargado de presentar al autor Eduardo Rodríguez, poniendo de relieve algunas de las virtudes de la novela creada por este escritor, “que demuestra su sensibilidad literaria y creativa trasladándonos al pasado de nuestro pueblo a través de una trama intensa, que es un ejemplo magnífico de lo que debe ser una novela policíaca”.

Durante su intervención, el autor, Eduardo Rodríguez, tuvo palabras de agradecimiento para el Ayuntamiento de Hinojosa del Duque y para su alcalde por haber conseguido hacer realidad la publicación de esta novela. “Una ficción literaria, afirmó, donde la Guardia Civil tiene que investigar un crimen ocurrido un catorce de agosto de 1910, desarrollándose toda la acción en Hinojosa”. Según Rodríguez, todo lo que aparece en la novela, excepto la trama, es real, “gracias a la labor de documentación y de búsqueda de información que he llevado a cabo, pero especialmente gracias a mi padre y a sus innumerables recuerdos sobre su pueblo”. 



Para Eduardo Rodríguez esta novela supone un reencuentro con el pasado de Hinojosa, ya que a través de sus páginas el lector puede ir conociendo aspectos básicos de la vida cotidiana de aquellas décadas de principios del siglo XX, “el día a día de los agricultores y ganaderos, de los servidores de la ley, el ambiente de casinos y tabernas o incluso conocer palabras que son muy utilizadas en nuestro pueblo en lo que constituye un vocabulario propio”. 


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