Los pozoalbenses despidieron a la Virgen de Luna en una emotiva jornada

ANTONIO MANUEL CABALLERO
POZOBLANCO

El tiempo pasó volando y llegó el Domingo de Pentecostés. El pasado domingo 9 de junio, Pozoblanco cumplió con su misión de llevar de regreso a su ermita a la Virgen de Luna. Un total de 105 días después de su llegada a la ciudad, el 24 de febrero del 2019, tuvo lugar la Romería de llevada en una jornada agradable de temperatura que invitaba a visitar el Santuario.

Miles de personas, más que otros años, disfrutaron del día, eso sí con la tristeza de la despedida a la Madre, Patrona y Alcaldesa Perpetua. Como ya es habitual, el camino estuvo muy concurrido ya que fueron muchos los romeros que lo hicieron a pie.

A las 6.30 horas de la mañana ya había muchas personas concentradas en la Plaza de la Iglesia. A las 6.45 horas, salía la Virgen de Luna desde la Parroquia de Santa Catalina, sonaba entonces una descarga a bandera desplegada cuando poco a poco comenzaba a amanecer.

En la Capilla de Jesús Nazareno, tuvo lugar la bonita despedida de los mayores de la Casa y de las Hermanas Hospitalarias, con un texto que leyó la superiora, Ana Torralbo. En la puerta del Ayuntamiento, el alcalde Santiago Cabello, emocionado, le retiraba el bastón de alcaldesa perpetua y junto a la Cruz de los Lagartos, el consiliario y párroco que retiraba las llaves de los Sagrarios de Pozoblanco y Villanueva, con el canto de la Salve, mirado la Virgen al pueblo y ante centenares de personas.

Los caballistas del Club Hípico se sumaron a la comitiva, que fue animada por la Banda Municipal de Música de Pozoblanco. Los valientes portadores de la Virgen hicieron un buen camino y la Cofradía de la Virgen de Luna, con Juan García como capitán, mantuvo todos los rituales como siempre con seriedad y orden. 







































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