Y volver, volver, volver... a tus brazos otras vez (Tercera)

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO

Cinco años de espera. En ese tiempo nadie aventuró que el ascenso se jugaría al otro lado del charco, en Ceuta y que se viviría en una pantalla de televisión desde un bar con mucho ‘Jaleo’. La celebración era saltar y saltar sobre el compañero que hacía de potro, como en clase de gimnasia. Y cantar. Cantar mucho.

Lo único que se sabía era que el Pozoblanco merecía ser de Tercera aunque en el fútbol como en la vida nunca sabes lo que te va a tocar, como en la caja de bombones de Forrest Gump. Claves ha habido muchas. Una de ellas ha sido Quero. Él ha sido el rey que ha rescatado al Pozoblanco del pozo. En su libreta traía que el fútbol es “estética, emoción y alegría”. Lo cumplió casi todo aunque a veces la estética no fue tan evidente. A él, como futbolista, le gustaba la ‘aventura’ cuando hacía esas galopadas por banda que hacían que la afición cantara y coreara su nombre. Aunque, en ocasiones, también le cantaran en el Arcángel aquello de “Quero, JB”, Él ha dejado claro nunca bebió JB, era de Ballantines.

Fuera bromas. Al Pozoblanco hay que piropearle y poco que reprocharle, esto sería como decirle al amante que solo le faltó hacer el discurso en verso. 33 temporadas hemos estado en Tercera. Yo era un niño de los primeros cursos de EGB cuando se ascendió en el Virgen de Luna. Aquel Pozoblanco de las camisetas de lino y el escudo cosido a la prenda. 



Muchos años después llega este ascenso. Después de `penar` cinco años en categorías de andar por casa donde fue preso de las dudas en muchas ocasiones. El Pozoblanco ha hecho una temporada de menos a más. Ha terminado como ‘un tiro’ y con jugadores bailando muy bien sobre el campo. También con un genio como Iván. Futbolista de tango. Desde Pablo Niño no veíamos a un futbolista con tanto duende.

En fin que con el verano asomando ya, llega el ascenso. Habrá que preparar pronto la maleta para una categoría más exigente donde nos esperan viejos e históricos equipos con los que jugamos muchos años pues los visitamos, nos visitaron, le marcamos y nos marcaron. Y compartimos clasificación y años de nuestras vidas (ya pasadas).

“Ya somos de Tercera” se gritaba en un domingo de felicidad que como diría Sabina “y cuando vuelves hay fiesta en la cocina....”. Ya era hora. El Pozoblanco ha llegado para quedarse. Inicia una nueva vida, con nuevas aventuras, más acción, más suspense y más pasión. Justo lo que estábamos esperando.

Pozoblanco canta a ese amor apasionado que anda algo alborotado y acabando con el “Quiero volver, volver, volver”. Tantó lo cantó...que volvió. Qué cosas tiene la vida aunque algunas nunca cambian. Lo digo por el de la foto, el Alfredito...cantaba en el Virgen de Luna en los 70 y sigue haciéndolo en el 2019. Cuando todos se van, el sigue aquí. Grande el de la boina. Cortando calles y arrancando alegría. 




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