¡Viva La Abuela Santa Ana!

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Ambiente único el que se vive en El Viso. Un pueblo taurino, con sus encierros y su amor por los festejos. La suelta de las reses bravas en las calles de la localidad despierta una emoción que inunda todo el pueblo. Los abuelos ya no salen al encuentro de las vacas que anda por ahí sueltas, pero se alegran de que todo siga igual, cuando ellos se tiraban a la aventura, al encuentro del peligro.

Santa Ana con sus vaquillas es la más entrañable fiesta popular, la más esperada y ansiada de todas las que se celebran a lo largo del año. Además el ganado que se trae es de verdad, fuerte y encastado. La vaquilla de El Viso es de la que da juego. Son más listas que el hambre y no dan respiro. Sustos, saltos, capotes al vuelo, llamadas, subida a las ventanas de la casa más cercana, despistes, gritos, risas, voces que animan, miedos, soplidos, triunfos. La fiesta de los sentidos. Todo es colorido, sensación, pasión, sonido, espera y emoción que va saliendo en el recorrido. Diez vacas cada día.

Ganado que enfilará la calle Cristo, Riscalejos y Ramón y Cajal hasta desembocar en la plaza de toros. Horas de emoción y alegría. Santa Ana es la leche. Lo más característico es que la fiesta se celebra en la calle. Allí donde suceden las cosas, los encuentros y las historias. Todo pertenece al terreno sentimental y festivo de un pueblo.


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