Los ganados que existían en Pozoblanco en 1752

ARTURO LUNA BRICEÑO

Con el nombre de “Riberiegos” se conocían antiguamente los ganados que no trashumaban y eran `propiedad de los vecinos de los pueblos. En los Pedroches, estos ganados, eran nómadas. Iban, según la temporada, desde las Dehesas Boyales a la de la Concordia, llamada así porque su aprovechamiento era mancomunado entre las Siete Villas de los Pedroches y Obejo, y que hoy es lo que conocemos como La Sierra, que está poblada de olivos.

Todo lo referente al ganado y sus rentas se declaró en la Pregunta 18 del Interrogatorio General del Catastro de Ensenada al que contestaron en 1.752 en Pozoblanco así: “A la décima octava pregunta dijeron que en esta Villa ni término Común de ella y demás de los Pedroches no hay esquileo alguno y que el esquilmo que produce el ganado perteneciente a los vecinos de esta Villa lo regulan en esta forma:

El del Ganado Lanar le consideran en seis reales de vellón a cada cabeza de carneros ovejas vacías, paridas y borros de las que resultan ser propias de los vecinos de esta villa según sus relaciones y Justificación que se haga en el asunto pues aunque las paridas dan el de corderos y que no todas producen el de lana, y están los carneros y borros y ovejas vacías en mayor porción que las paridas y hacen regulación referida con consideración a que otro ganado a excepción de parte de las ovejas paridas se mantiene lo más del año en la Sierra por lo que se les peina la Lana y lleva alguna por lo montuoso de ella y por la repetida experiencia que tienen con conocimientos de lo pequeño del ganado de esta tierra.

Porquero pastando en el río Cuzna. /ARCHIVO

Que el esquilmo de ganado cabrío le consideran a seis reales de vellón por cabeza, los cuatro por la cría y los dos por la Leche a mil cabras que parirán en año con otro de las que tienen los vecinos de esta villa, pues otras tantas con corta diferencia se quedaran vacías cuya regulación hacen atendidas las crías y la abundancia de Leche y queso que se dan mucho más aquellas a quienes se les mueren las crías y que ciento noventa y cinco de dichas cabras paridas pertenecen a vecinos eclesiásticos de esta villa y las demás a seculares.

Que el esquilmo que produce el ganado vacuno de los vecinos de esta Villa regulan para su utilidad a los pocos vecinos que tienen vacas y con atención a un quinquenio cincuenta becerros y estiman cada uno en sesenta y seis reales de vellón a cuyo respecto importa e todo de dicho esquilmo tres mil y trescientos reales de vellón y que otros becerros, los ocho pertenecen a vecinos eclesiásticos y los restantes a seculares.

Que el esquilmo de ganado de cerda con la misma consideración le regulan subproducto en ochocientos noventa cabezas de las que pertenecen a eclesiásticos ciento catorce y cada una la estiman en quince reales de vellón a cuyo respecto importa el todo esquilmo trece mil trescientos y cincuenta reales.

Ganado pastando en la sierra en 1926. /ARCHIVO

Que el de potros y potrancas le consideran útil a las pocas yeguas que tienen los vecinos de esta villa cuatro potros o potrancas y cada una la estiman en ochenta reales y el todo de dicho esquilmo en trescientos veinte reales de vellón, el que pertenece a vecinos seglares.

Que el de ganado asnal le consideran en cuarenta cabezas de que pertenecen a eclesiásticos tres y cada una la estiman en treinta reales de vellón cuyo respecto importa el todo mil doscientos cincuenta y seis reales de vellón”.

Han pasado 263 años y el mundo ganadero de Los Pedroches ha evolucionado de manera sorprendente y goza de una excelente vitalidad.

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