De éxitos y fracasos

EMILIO GÓMEZ
(Periodista - Director)


El mayor fracaso es la mentira. No hay fracaso más grande que esconderlo. Hay gente que no admite eso. La gente fracasa por las máscaras que uno le pone a la verdad para falsearla. Nos pusieron un mundo con unos modelos de ficción perfectos a los que evidentemente no podemos llegar.

En la vida tus propios fracasos los conoces tú cuando una acción o un proyecto no responde a la idea o al reto que tú te marcaste. Ese es el fracaso que realmente importa, no el que tengamos ante los demás. Normalmente pintamos de éxito a cosas que sabemos que no lo son. Si alguien dice que lo que has hecho es un éxito total, cuidado que a los mejor te está engañando y tú mismo te estás engañando. Si no reconocemos nuestros errores, nuestro potencial puede que nunca ser revelado a nosotros mismos. No existe el éxito total ni el fracaso de ese calibre. Un fracaso sólo es una cosa que se repite y que forma parte de los cambios que se van produciendo a lo largo de la vida. Para reducir los fracasos solo está la espera que es lo que nos está haciendo falta. Lo que sucede en la actualidad es consecuencia de la cultura de lo inmediato. Se ha desaprendido que no todo se puede conseguir al instante. Tenemos los mensajes de los amigos por Whatsapp o Facebook al instante, el móvil al instante.

Vemos cómo había miles de chavales que se compraban una casa cuando empezaban a salir con su pareja. Luego quedaban en la ruina con la hipoteca y sin la pareja. Antes estabas años y años con un coche viejo para que te hicieras. Hace nada, el nene cumplía 18 años y coche nuevo con el riesgo que eso supone. No hemos sabido esperar. En una era como es la de lo instantáneo, es difícil asumir fracasos. Ni los miramos. No nos paramos a analizarnos. No sabemos a qué es debida tanta ansia de devorarnos el mundo, tanta prisa por todo. Ganar o perder a veces es lo de menos. La clave está en saber ver el mundo, nuestros valores y los de los demás así como el sentido de quienes somos.

Estamos bombardeados cada día con información que nos programó para fracasar. Estamos en un mundo tecnológico donde nos programan virtualmente y realmente. La maravillosa y liberadora verdad es que ningún programa dentro de ti puede ser creado, sostenido o borrado sin tu consentimiento. Descubrir nuestras capacidades es el éxito y para ello también hay que saber analizar nuestros fracasos para vencerlos. Para ello tenemos que programar nosotros nuestro modelo no coger el programa artificial e interesado que nos venden.


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