Los libros que no se leen

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


La mayoría de escolares son incapaces de leer un libro. Para ellos es una cosa aburrida. Hay que pensar, imaginar, comprender y pasar la página. Mucha tela cuando en la televisión te dan historias hechas para ser vistas y en el móvil puedes entretenerte con tu grupo de whatsaapp. ¡Qué cosas! El otro día un antiguo profesor de literatura me decía que en sus últimos años en el aula asistió al fin de las ganas estudiantiles de los alumnos por aprender. Eso de que la cultura está en los libros ya no se lleva. Todo está en las redes sociales y en las aplicaciones inteligentes de los móviles. ¿Para qué estudiar? Solo hay que manejarse por un mundo virtual. ¿Es real o ficticio? Ese es el problema, que es muy irreal.

Los libros tienen mucha de ficción pero de la buena. Con ellos aprendes a caminar en una noche por una historia de amor, a conquistar el tiempo leyendo historias de poetas o a hacerte con tripulaciones en medio de piratas. La gente ha dejado de leer libros, de comprar el periódico, de entusiasmarse con los tebeos y las revistas. Los padres ya no tienen tiempo para contarle cuentos a sus hijos ni para meditar lo que están haciendo con su propia vida.

Nos pasamos horas y horas delante de una pantalla táctil (ordenador o móvil). Ese tiempo lo quitamos a los que están al lado. ¿Quién está al lado ahora, los que viven con nosotros físicamente o los que viven con nosotros on-line? ¿Dónde está el tiempo que dedicábamos a la lectura, a hablar, a reír, a llorar, a rezar o a amar? No hay tiempo. Se nos escapa. Somos más virtuales que reales. No nos hemos dado cuenta pero hemos invadido nuestras vidas de artefactos que nos controlan. Vivimos en el mundo donde hemos sacado cosas que eran muy importantes. La cultura se conseguía leyendo libros y aprendiendo Historia, Geografía, Lengua, Literatura o Historia.

Las redes sociales son maravillosas pero para ser utilizadas como una herramienta de saber y emocional. No para vivir continuamente en ella. Se vive en familia, con los compañeros de trabajo y con lo que nos rodea en el barrio. A veces, creo que las redes sociales son una multitud solitaria de gente, que busca la presencia virtual de los demás para tapar la angustia de los fantasmas que nos acechan.

No hay comentarios :

Publicar un comentario