¿Por qué se pierde la fantasía?

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Muchas veces me pregunto por qué perdemos la fantasía que tenemos de niños. Está claro que maduramos aunque esto no significa dejar atrás ese mundo de cuento en el que estábamos. Además la fantasía se va perdiendo cada vez en edades más tempranas. Mucho antes de llegar a la madurez.

La niñez es esa época donde se absorbía lo mejor de la vida. La felicidad estaba en la fantasía y en la imaginación de cada uno. Hay tres conceptos claves para alimentar la fantasía.

El primero es sentir. Si no hay sentimiento, no hay pasión. Sentir es desear. Los niños de hoy no desean pues lo tienen todo sin pedirlo. Luego está el segundo concepto, imaginar. Hubo un tiempo donde soñábamos ser lo que queríamos. Dejábamos volar nuestra imaginación a través de cuentos en busca de un misterio maravilloso. Ahora no hay más misterio que unas maquinitas inteligentes que lo muestran todo. No hay que buscar islas del tesoro pues todo está al alcance del botón. El tercer concepto es improvisar. Hace tiempo que todo está inventado. El mundo está muy encorsetado. No hay espacio para sacar lo mejor de sí. Los niños no tienen tiempo para improvisar con tanta actividad extraescolar y tantos deberes.

Y así van creciendo alejados de la calle donde inventaban juegos y , sobre todo, separados de la fantasía con una vida que le ordenan y le marcan. Todos los niños de ahora son iguales. Y si no lo son, creemos que le pasa algo llevándolo al psicólogo. La infancia ha perdido la magia que tenía antes. Tenemos poco tiempo para soñar. Nos han dejado programados para una vida ordenada, dirigida e informatizada. Es por ello que los niños de hoy se aburren si no tienen una maquinita. Es por ello que a los jóvenes de hoy le cuesta crear y transmitir. No se ha cultivado la fantasía donde uno se encontraba a sí mismo. Ahora el deseo va por un lado y la realidad por otro. Y nos falta esa parte de niño que era pura fantasía.


No hay comentarios :

Publicar un comentario