La lluvia del Viernes Santo desluce el final de una Semana Santa repleta de esplendor

SATURNINO MUÑOZ
HINOJOSA DEL DUQUE


Finalmente no pudo ser. Algunas hermandades y cofradías se vieron obligadas a suspender sus estaciones de penitencia en la noche del Viernes Santo. La amenazadora lluvia de toda la jornada se fraguaba en un prolongado chubasco que impidió los desfiles procesionales del último día grande de la Semana Santa.

De esta forma, las Hermandad del Santo Sepulcro y de la Soledad tuvieron que permanecer en sus templos. Cofrades, costaleros e integrantes de bandas se arremolinaron en torno a sus imágenes con la tristeza en sus rostros y la desilusión propia tras meses de ensayos y preparativos. Se ponía de esta forma, poco esperada, fin a una Semana Santa llena de visitantes que ha cubierto las expectativas del área de turismo del Ayuntamiento de Hinojosa, de la Agrupación de Cofradías y de los establecimientos de hostelería y restauración de la localidad.

El Nazareno acompañado del Cirineo retrasó su salida a las diez de la mañana del Viernes Santo rompiendo de esta forma la calma que se había impuesto tras el paso de la madrugada. Pero durante su salida la amenazante lluvia obligó a reducir el recorrido para regresar con premura a la parroquia de San Juan Bautista. Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Cristo de la Caridad, dos de los de pasos con mayor poder de convocatoria de la Semana Santa de Hinojosa del Duque iniciaron su estación de penitencia a las once de la mañana y si pudieron completar su caminar por las calles Caridad, Avenida Marqués de Santillana, Romero de Torres, Fontanilla, Corredera y Plaza de la Catedral.

En los días previos, especialmente durante el Jueves Santo, tanto la Oración en el Huerto como El Silencio, pudieron realizar sus desfiles procesionales sin ningún tipo de impedimento, llenando de brillantez la madrugada grande de la Semana Santa de Hinojosa. Durante esa noche casi un millar de nazarenos hicieron suyas las calles de esta localidad pedrocheña para cumplir con un ritual de fe traspasado de padres a hijos. Como cada año algunos de los instantes más intensos se vivieron durante el paso de las imágenes por la carrera oficial, y más concretamente al desfilar junto a la fachada de la Catedral de la Sierra. Superadas las doce de la noche la Oración en Huerto hacía su entrada en la parroquia de San Juan Bautista, tras más de cuatro horas de recorrido por las calles hinojoseñas. Unas horas más tardes, en plena madrugada del Jueves al Viernes Santo, la cofradía del Silencio con sus dos imágenes titulares, el Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora de los Dolores regresaban a su templo la parroquia de los Padres Carmelitas.

El júbilo de los niños ataviados con tocados hebreos de rayas de colores dorados, rojos y morados inundó el Domingo de Ramos la Plaza de la Catedral durante el recorrido de la estación de penitencia de la Entrada Triunfal de Jesús en Jerusalén, un desfile que para los más pequeños supone el inicio de su vida como cofrades. Junto a los niños, nazarenos con cubrerrostro y capa blanca acompañaron a la borriquita durante una procesión que inauguró la Semana Santa de Hinojosa, y marca el inicio de los desfiles de esta primavera. Los niños, en una imagen ya habitual, acompañan con palmas de victoria y de martirio la entrada de Jesús en Jerusalén. El desfile aún lució más en su tránsito por las calles que rodean a la parroquia de San Juan Bautista, lo que dotó de mayor simbolismo a una imagen muy asociada a la participación popular en la Semana Santa.

La noche del martes santo está asociada en Hinojosa del Duque al Vía Crucis que llevan a cabo los cofrades de la hermandad del silencio con uno de sus titulares, concretamente el Cristo de la Misericordia. A las nueve y media de la noche las puertas de la parroquia de los carmelitas se abrían para iniciar un recorrido por las calles más próximas a este templo. La sobriedad y el recogimiento de los fieles que acompañan al Cristo de la Misericordia fue la nota predominante un año más en esta estación de penitencia que recorre, entre el silencio de los espectadores, el barrio de San Sebastián. Justo en la ermita del mismo nombre tuvo lugar uno de los momentos más emotivos del Vía Crucis, que prosiguió su tránsito de acuerdo al recorrido establecido a través de espacios tan vinculados a la semana santa de la localidad como la Plaza de Colón o la calle El Carmen.

A las diez de la noche se abrieron las puertas de la parroquia de los carmelitas de Hinojosa el miércoles para que iniciara su estación de penitencia el Cristo de la Humildad, conocido popularmente como “El Cautivo”, que fue acompañado por aproximadamente unos cuatrocientos cofrades. Se iniciaban de esta forma las jornadas más intensa de la Semana Santa de esta localidad pedrocheña. Los nazarenos que acompañaban la imagen, ataviados con túnica y guantes negros, fajín y cubrerrostros blanco, con corona de espinas en el pecho, rindiéndose así tributo a una de las imágenes que más emotividad traslada a los fieles que la contemplan. Tras la salida del templo, uno de los momentos más emotivos, el trono inició el descenso por la avenida Corredera hasta la Plaza de la Catedral, verdadero punto central de la Semana Santa hinojoseña al estar ubicada en ella la carrera oficial, y gracias al empaque que proporcionan la majestuosidad de los edificios que alberga. Posteriormente, y aún con mayor recogimiento debido a lo avanzado de la noche, el desfile continuaba a través de algunas de las calles más antiguas del casco urbano. En torno a la una de la madrugada, y bajo el sonido de unos tambores roncos, la imagen hacía su entrada en la parroquia carmelitana, después de concluir un recorrido de fe que se renueva cada año. 

























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