Entrevista a Rafaela Suárez Madueño (Fay), vaquera



“En el campo está la profesión más bonita del mundo”

EMILIO GÓMEZ
DOS TORRES

Fay llegó a Los Pedroches para hacer un curso de Operario de Vacuno de Leche. No conocía nada del mundo rural. Se encontró una vida muy diferente a la de la gran ciudad. Aprendió que aquí hay más cosas para ser feliz. Y, sobre todo, vio una infinidad de oportunidades. El campo le está enseñando otra manera de vivir. Se levanta a las cinco y media de la mañana para irse al campo y ver amanecer entre el heno, los animales y la leche que saca de sus vacas cada mañana. Dice que está enamorada del mundo rural. Para ella nuestra comarca es un paisaje de cuento. Rebosa optimismo rompiendo con la frase de “que el campo es muy sacrificado”.  Para Fay hay miles de trabajos más duros y más feos. Ella lo tiene claro “si te gustan los animales, el aire puro y el campo, no hay oficio más bonito que el de ganadero”.



Fay ordeñando en la ganadería de Los Tobías de Dos Torres. /ANDRÉS SORIA


– ¿Qué dices cuando te preguntan por tu profesión?
– Que soy Vaquera y con mucha honra, porque es la profesión más bonita del mundo. He encontrado en ella lo más importante, sentirme realizada.

– ¿Te ha atrapado el campo?
– Me ha enamorado. Eso de llegar por las mañanas con un cielo lleno de estrellas,  no tiene precio. Yo  veo todos los días  amanecer,  que es como empezar una nueva vida.

– Para ello te tienes que levantar muy temprano.
– A las cinco y media. A esa hora se ve la vida mejor.

– ¿Cómo llegas a Los Pedroches?
– Pues vine para hacer un curso de Operario de Vacuno de Leche. Gracias a la Cámara de Comercio, a Covap y a la ganadería Los Tobías, he encontrado una ocupación que me hace feliz.

– ¿Hay oportunidades en el mundo rural?
  Muchas. Hoy todos estudian algo para encontrar trabajo. Yo me pregunto, ¿y si probaran el campo? Hay un campo abierto para producir. Yo he visto la oportunidad aquí desde el primer día. Antes de bajarme del coche sabía que aquí estaba mi vida. No comprendo cómo la gente abandona el pueblo con la creencia de que en la ciudad van a encontrar algo mejor.

– ¿Qué piensa la gente de la ciudad del mundo rural?
– Tienen una visión errónea del pueblo ganadero. Se piensan que las cabras van por la calle, que las casas son cortijos y que el internet no ha llegado todavía. De verdad, eso lo piensan muchos. Un desconocimiento brutal de todo.


Fay ordeñando en la ganadería de Los Tobías de Dos Torres. /ANDRÉS SORIA


– ¿Cómo fue tu primer día? ¿Lo recuerdas?
– Perfectamente. Te voy a contar una anécdota del primer día. Me encontré a una vaca de frente. Entonces me pregunté,  ¿qué hago ahora?, ¿qué le digo?, ¿ me aparto? Ahora hablo con ellas y le digo todos los días cosas bonitas. Pienso que tengo a 208 compañeras. Todas son diferentes.

– ¿Cómo son los animales?
– Más agradecidos que las personas. Sabes que ellos no te van a hacer nada. No tienen mala intención. Trabajar con ellos es algo grande. Ves nacer a una ternera y a las pocas horas ya está en pie, y a los dos meses ya está enorme.

– ¿Cómo es el ganadero o ganadera?
– Una persona muy comprometida con su trabajo, con sus animales y con su pueblo. Aportan mucho. Me duele cuando no se pone en valor el trabajo del ganadero. Es un trabajo vocacional. En la ganadería de Los Tobías me están enseñando no solo un trabajo sino una forma de vida. He tenido la suerte de tener al lado a un grupo de ganaderos excelentes. Dos Torres es un pueblo maravilloso.

– Vienes de la ciudad, ¿allí se vive diferente?
– Es distinto el modo de vida. A mí me gusta este.  Me he enamorado del mundo rural. Creo que si la gente de la gran ciudad supiera como se vive aquí, se vendría a vivir. Es un lujo vivir en Los Pedroches. Lo peor es que la gente no sabe lo que tiene. No lo aprecia.


Fay ordeñando en la ganadería de Los Tobías de Dos Torres. /ANDRÉS SORIA


– ¿Y qué tiene esta zona?
– Pues un aire puro que respirar, un cielo a dónde mirar, una vida más tranquila, más cercanía familiar, menos ruidos y una gastronomía formidable.

 – Estás feliz aquí por lo que veo.
– No sabes cuánto. Digo que el mejor regalo que me han hecho en la vida  es este trabajo y el vivir en Los Pedroches.

– ¿El campo es sacrificado?
– Yo lo veo como un trabajo precioso. Es sacrificado pero más duro  es barrer un césped de colillas a las tres de la mañana o poner copas por la noche. Hay cientos de trabajos más sacrificados que este aunque todo depende si te gusta o no. Mi pareja y yo estamos muy contentos con este oficio.

– ¿Qué opinas de algunas de las barbaridades de los que se autodenominan animalistas?
– Que no conocen el mundo rural. Tienen que tener cultura ganadera para opinar bien. Les invitaría a que vinieran unos meses a trabajar en el campo y seguro que cambiarían de actitud. A veces te ríes de las tonterías que dicen. Y que sepan ellos  que los ganaderos (en su gran mayoría) son los que mejor tratan a los animales.

– El papel de la mujer rural en el campo
– La gente se extraña al oír que eres vaquera. No se lo creen. Otros piensa que trabajando en el campo te vas masculinizar. El papel de la mujer rural está muy silenciado. Las mujeres somos más sensibles para este trabajo,  que requiere de una  sensibilidad especial.  Queda mucho por recorrer pero estamos en el camino.

– ¿Qué le dirías a la gente joven de Los Pedroches?
– Les pediría descubrir su tierra y que un día dijeran “¡por qué no!” y se lanzaran hacia adelante. Se alegrarían el resto de su vida.  



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