Los Pedroches y la mentira de la autovía

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)

Alguna vez tendremos entre nuestras manos un libro o un periódico que diga “Los Pedroches, más cerca del mundo”. Un titular que se resiste. Lleva años resistiéndose. Durante un tiempo creímos que tendríamos una autovía. Ya nadie cree en ello. Solo es un cuento que los políticos sacan en el momento que se acercan unas elecciones. Es decir, ahora. Pero nadie los cree.

Me da mucha pena ver como van pasando los años y seguimos igual. No ya sin autovía. Eso no es lo peor. Lo más lamentable es el olvido al que nos llevan sometiendo durante años, décadas y quizás siglos. Algo estaremos haciendo mal. ¿Por qué estamos permitiendo esto? No nos damos cuenta de que la lejanía comunicativa nos está matando. Se van los jóvenes y hasta los no tan jóvenes. Estamos vaciándonos. La botella la vemos cada día más vacía.

Llevamos muchas vidas esperando lo que otros pueblos tienen. Una autovía. Es una pena porque es como jugar en inferioridad con el resto. Es una pena porque aquí existe mucha gente emprendedora. Quizás más emprendedora que la media del país. Vale la pena luchar por la autovía porque eso es luchar por nuestra tierra. Vale la pena luchar por la autovía porque eso es luchar por lo que nos deben. Vale la pena luchar por la autovía porque nos hace falta. Un buen político es un buen ciudadano. Un buen político es el que antepone los intereses de los ciudadanos a los suyos propios. No es buen político el que solo quiere ascender dándole igual que su tierra se derrumbe. Hace tiempo que venimos notando que, en la guerra de colores, en la guerra de sillones y en la guerra del egoísmo absoluto, nos estamos perdiendo. Y también nos está matando la permisividad de los ciudadanos. Cada pueblo le tiene que exigir a sus políticos que reclamen la autovía. Pero no solo ahora en elecciones. Estamos a más de cien kilómetros de cualquier tramo de autovía. Pocas comarcas tienen una situación tan vergonzosa en este aspecto.

Hablamos de comarca pero todos tenemos que participar en el pilotaje de esta nave común. Ya no hay ni peleas. La desidia las ha sustituido. Cada uno pelea por su color y por quedar bien con los representantes de sus colores. No por su tierra. El problema es que nuestra tierra se está quedando vacía, hay mucha desconfianza y muy poco esperanza. A lo mejor nos hacen falta locos que digan la verdad.

Esta semana hubo una reunión donde la mesa por la opción sur de la autovía A-43 lanzó un mensaje de socorro sin partidismos al próximo Gobierno. Para que esa autovía sea una realidad. La A-43 es una autovía construida a trozos. Su último tramo se inauguró en Puertollano en 2008. Desde entonces, Los Pedroches suspira por que la autovía se siga construyendo en dirección a Extremadura (debe acabar en Mérida) pero a través del llamado Corredor Sur, que la acercaría a la comarca y que facilitaría el acceso desde la comarca a Madrid, Extremadura y Portugal por autovía. Y en ese suspiro estamos. Ahora encendido porque estamos en época de promesas que nadie cree.

Les digo como acabara todo: los alcaldes que gane su partido (sea cual sea) callarán y taparán lo que puedan si no se hace nada. Y los que pierdan (sea cual sea) abrirán la boca para desgastar al contrario. En realidad, si estamos así es porque nos hemos movido poco. Y como nos decían nuestras madres en casa “nadie se moverá por ti si tú no te mueves”. Mucho menos en la lejanía en la que nos encontramos. Algunos no saben ni que existimos. ‘Callaítos’ estamos más guapos. Si no lloramos como van a preocuparse por nosotros. 


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