“La enfermedad me vencerá pero no le va a ser fácil, le va a costar”

EMILIO GÓMEZ
BELALCÁZAR


El pasado domingo en el Croostrail de Belalcázar entraba en meta Manel Flores. Fue cuando se escucharon los aplausos y los gritos de ‘campeón, campeón’. Se firmó un estruendo fantástico, con gente animando en los últimos metros a este héroe hinojoseño. Y es que llevaba una pancarta que decía “Ataxia: Me vas a derrotar pero te va a costar trabajo”. Sabe que, en cierta forma, hace años que está condenado algún día a no poder caminar pero sigue luchando cada día.

Manel es un ejemplo de superación. Estaba en el ejército, en Transmisiones, cuando empezó a notar que perdía el equilibrio cuando salía a correr. Enseguida pensó que podría ser la maldita enfermedad que tuvo su padre: Ataxia. Enfermedad degenerativa y hereditaria. Sus dos hermanos la tienen, aunque a uno de ellos no le ha dado la cara. El otro hermano también la sufre. Es terrible pues el afectado empieza a perder capacidades funcionales tan aprendidas a lo largo de la vida, que ya parecen automáticas, tales como caminar, mantener el equilibrio. La razón, es que el cerebelo no realiza por sí mismo conexiones nuevas para reparar las dañadas. De ahí que, por el momento, no exista cura para la ataxia, como para otras muchas enfermedades funcionales.

Flores pronuncia las palabras muy despacio para que se entiendan. Nos contó cómo es un día cualquiera en su vida donde va al gimnasio por la mañana y por la tarde hace bicicleta o atletismo. Según le toque. También hace natación y, hasta hace muy poquito, estaba como entrenador de fútbol base. En su caso le dicen que tenga cuidado aunque él sigue ejercitándose y luchando contra la adversidad. 




- ¿Cómo estás, Manel?
- Bien. No me quejo. Lucho para estar siempre motivado. Es cierto que tengo días mejores y peores. Es lo que nos ha tocado. Podía haber sido otra cosa peor.

- ¿Estabas en el Ejército cuando te sucedió?
- Sí, fueron pasándome cosas en las que yo veía que perdía el equilibrio. Sobre todo cuando forzaba haciendo giros o cambios de ritmo en carrera. Estuve 12 años en el Ejército y aguanté el medio año último con la enfermedad. No me quería venir ni con agua cociendo pero al final tuve que desistir. Me concedieron la incapacidad y me jubilé. Es duro siendo joven que te pase eso, pero hay que tirar hacia adelante.

- En tu casa sabéis de esta enfermedad. 
- Mi padre la tuvo y somos tres hermanos que la padecemos. Uno de ellos la tiene pero no le ha dado la cara. Y mi otro hermano y yo estamos afectados.

- Eres un deportista nato.
- Hago lo que puedo. Tengo mucha voluntad. No me vengo abajo y eso es lo que me mantiene en pie aunque no tenga el equilibrio que quisiera. Pero estoy ahí y eso es lo importante.

- Emotiva la pancarta. 
- La realidad es que la enfermedad me vencerá pero no le va a ser fácil, le va a costar. Para eso estamos aquí.

- Tu perro lo sacas a paseas constantemente. 
- Es un buen compañero. A las ocho de la mañana ya está saliendo conmigo. Me da aliento aunque parezca mentira.

- ¿Te lamentas de lo que te ha ocurrido?
- No, no. Yo no pienso en esas cosas. Quiero estar cada día mejor y si no lo consigo, que no empeore. Adelante siempre.


No hay comentarios :

Publicar un comentario