Herbicidas: características, descripción y manejo.

JOSÉ ANTONIO CARBONERO FERNÁNDEZ
Ingeniero Técnico Agrícola



Llega el momento de realizar el tratamiento herbicida contra las malas hierbas en el olivar, en este caso, dedicaré un par de artículos a este tema. Para empezar, aclaremos una cuestión, ¿Qué es un herbicida, cómo se clasifica y para qué sirve?, pues bien, un herbicida es un producto químico o no, utilizado para inhibir o interrumpir el desarrollo de plantas indeseadas actuando sobre su desarrollo vital, lo que se denomina malas hierbas vamos, en terrenos que han sido o van a ser cultivados. La etimología de la palabra es la siguiente, procede del latín herba (hierba) y cida (matador, exterminador, “que mata”).
En el mercado, hay una importante variedad de tipos de herbicidas que varía en función de las necesidades que tengamos de cara a la utilización de los mismos. Para elegir un herbicida hemos de tener en cuenta varios factores muy importantes que nos determinarán la adecuada utilización de estos, por una parte el estado del cultivo y las características físicas del suelo, y por otra, la formulación del herbicida, el estado y tipo de maleza que queramos eliminar o controlar.
Si profundizamos en la anterior idea, lo primero que debemos hacer es detectar la mala hierba que deseamos controlar, y en segundo lugar, es clave conocer fehacientemente la información que contienen las etiquetas de los herbicidas que usamos donde se aglutinan varios conceptos. Por ejemplo, imaginen que nos encontramos en la etiqueta del herbicida residual “amplio espectro en el control de malas hierbas anuales y bianuales, dicotiledóneas y gramíneas, en pre-emergencia y post-emergencia temprana”, aclaremos que nos dice este galimatías:

Respecto a las malas hierbas y sus características principales por todos son conocidas: fácil dispersión, persistencia y gran capacidad de competencia. Los perjuicios causados al cultivo desgraciadamente también son variados: pérdida de la cantidad y valor de la producción, interferencia en la recolección e incremento de los costes de producción por ende.

Por tanto, si en primera instancia nos fijamos en el ciclo de vida de una planta, desde su germinación hasta su muerte, distinguimos tres tipos de malas hierbas1: anuales (ciclo inferior a un año, pueden ser de invierno o de verano), bienales (ciclo completo entre uno y dos años) y plurianuales o perennes (ciclo superior a dos años). Por otra parte, atendiendo a su reproducción, las plantas perennes pueden ser simples realizándose ésta sólo vía semilla, o bien mediante órganos reproductivos, a través de semilla o de órganos de reserva (tipo raíces, estolones, rizomas, bulbos o tubérculos).
De manera que nos encontramos malas hierbas anuales como por ejemplo el vallico (Lolium rigidum), la malva (Malva silvestris), el jaramago (Diplotaxis euricoides), las margaritas (Anthemis arvensis), el pinito (Conyza sp). O bien malas hierbas vivaces, como son la grama (Cynodon dactylon), la corregüela (Convolvulus arvensis) o la castañuela (Cyperus sp).
Respecto a la semilla, las malas hierbas se clasifican en dos grupos: monocotiledóneas y dicotiledóneas. Las primeras, monocotiledóneas o de hoja estrecha (una sola hoja nace de la semilla), pertenecen a la familia de las Ciperáceas como la castañuela o gramíneas como vallico o grama. En cuanto a las dicotiledóneas o de hoja ancha (las primeras hojas que nacen de la semilla son dos cotiledones), nos encontramos especies como malva, jaramago, margarita, corregüela, eneldo o el temido “pinito”.
Una vez localizadas y descritas las malas hierbas a eliminar, hemos de sopesar que herbicida usar en función de las características que nos ofrece el mismo, pero eso será en la segunda parte de éste artículo, el otro días hablando con un amigo me comento que los artículos de opinión han de ser como los escorpiones, deben tener el veneno en su cola, espero haber suscitado el interés de lector.

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