Doña Carmen, la médica de los niños

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la consulta del médico estaba en la casa de este. Allí atendía a sus pacientes. Eran médicos 24 horas. Médicos de familia, de urgencias y médicos cercanos. Dispuestos a atender al enfermo todos los días, incluidos sábados y domingos.

En los años 70 estaban Don Arturo, Don Emilio, Don Domingo, Don Heliodoro, Don Agustín y Doña Carmen Domínguez que era la pediatra de Pozoblanco. “La médica de los niños” como le llamaban. Por su consulta han pasado más de 12.000 historias clínicas. En tiempos muy diferentes a los de ahora. Mucha gente vivía en el campo. Y venían al pueblo cuando el niño o la niña se ponía malo o se encendía en fiebre.

Hubo momentos duros. La epidemia de poliomielitis a mediados de los años 50. Existían enfermedades que actualmente están totalmente erradicadas como la viruela. Y otras que prácticamente no se dan como la polio, el tétanos, difteria, tosferina, sarampión, y rubéola. Doña Carmen luchó continuamente para que los menores de la zona estuvieran vacunados. Logró que casi la totalidad de los niños, que pasaron por su consulta, estuvieran vacunados. Para ello se apoyó mucho en Doña María García Conde.

En 1945 se fue a Madrid a estudiar Medicina. Por aquellos años ir a la capital de España era un viaje interminable en aquellos trenes que se calentaban con leña y carbón. Doña Carmen era novia ya de Don Guillermo Blanco quien también iba a estudiar medicina. Gonzalo -padre de Carmen- decidió que no estaba bien que estuvieran los dos en la misma ciudad. Guillermo tuvo que cambiar su matrícula a la Universidad de Salamanca. 

Doña Carmen falleció a los 91 años de edad


Estudió en la Facultad de Medicina y Hospital Clínico de San Carlos de la Universidad Complutense entre los años 1945-1951. Posteriormente estudió la especialidad de Pediatría y Puericultura.

Doña Carmen, durante mucho tiempo, fue la única especialista de la comarca. Las consultas eran muy numerosas, Siempre auxiliada por Leonor García. Las dos formaban un tándem estupendo. Niños, a los que atendió, que hoy son padres y algunos hasta abuelos. Fue pionera en la alimentación infantil, pionera en el tema de la lactancia materna y en el modo de entender la medicina. Siempre cerca del niño. Bien es verdad, que en los años 70 y 80, los padres no protegían a los niños como ahora. Si acudían a la consulta era porque se necesitaba de verdad la asistencia médica. 



Hace unos días se apagó la vida de Carmen Domínguez Calero y se encendieron los recuerdos de tantos niños que pasaron por su consulta. Primero en su casa y luego en el Centro de Salud (a partir de 1986). En aquellos primeros años de ‘Ambulatorio’ donde estaba junto a Don José Madrid y Don José Rubio. Fueron 44 años de servicio a la medicina. Una persona muy activa que siempre se sentaba en la misma butaca en la iglesia y que no faltaba los martes en San Antonio. Madre de siete hijos. Muchos de ellos dedicados, de una manera u otra, al mundo de la medicina como sus padres.

Con su fallecimiento se va una parte de la historia de la medicina de Los Pedroches. Hablo de esa medicina en la que el paciente era algo más que un número en la lista. Cierto es que ahora todo ha mejorado con la informatización de las historias clínicas y los tratamientos médicos. Pero también lo es que la medicina de antes era para valientes que dedicaban toda su vida a la profesión. 


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