La pista de hielo de la Capri

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO

Decía Mercedes Sosa que todo cambia. Y de repente. O eso nos parece. No hace mucho tiempo la plaza del “Tío Las Pelotas”, tenía el Kiko y la Capri, dos restaurantes que parecían que estarían siempre. Hoy están cerrados como en su día lo hizo la Fonda Damián. Han pasado más de siete años del cierre de La Capri. Mucha gente recuerda que allí había un ‘Pista de Hielo’. Se llamaba Alaska. Ubicada en la parte de arriba. Fue una auténtica revolución la que se provocó con su apertura. Nadie por aquellos años 80 sabía patinar. Nadie tenía patines. Pero la novedad es algo que impacta de manera brutal. Aquello fue un boom. Todo el mundo quería probar, patinar y ver lo que allí sucedía. Severo Arroyo y Pepe Luis Sánchez fueron los socios en esta aventura sobre el hielo. Con las luces de Neón rosas y azules.

Duró poco tiempo la pista Alaska. Se cerró. Muchos años después desapareció la Capri. Muchos convites, bodas y lomo relleno al estilo Capri se sirvieron allí. O el pulpo a la algecireña. Cocina para chuparse los dedos. Para terminar con los helados artesanos hechos por Manolo. A veces, la historia se para con las cosas que desaparecen aunque los recuerdos no dejan de salir. 


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