Cosas que conviene saber sobre la fundación de Pozoblanco

ARTURO LUNA BRICEÑO


Finfalizadas las guerras civiles del siglo XV las siete poblaciones de los Pedroches continúan fieles a la Ciudad de Córdoba, pero siguen sufriendo el asedio que el Señor de Santa Eufemia hace para ampliar su señorío por la fuerza. Los Reyes Católicos deciden terminar con estos señores levantiscos. Y una de las medidas más drástica que toman es mandar derruir castillos y fortalezas en las que pudieran hacerse fuertes estos nobles rebeldes, entre estos bastiones se encontraba el Castillo de Pedroche.

Antonio Romeu de Armas en su libro “Itinerario de los Reyes Católicos 1474-1516” (C.S.I.C, Instituto Jerónimo Zurita 1973) narra: “El día 26 de octubre de 1504, a las 12 de la mañana falleció la excelsa reina de Castilla Isabel la Católica. En idéntica jornada ya por la tarde fue proclamada doña Juana como reina propietaria de León y Castilla asumiendo su padre, don Fernando el cargo de gobernador de los dos reinos”.

Mi padre, Manuel Luna Rivera, entre sus anotaciones sobre los caminos antiguos de Los Pedroches escribió:”Los Reyes Católicos no estuvieron nunca en Pedroche. Lo estuvo solamente Fernando el día 4 de septiembre de 1508. Venía de Toledo a Córdoba a castigar al Marqués de Priego, y se apartó de su ruta para llegar a Pedroche, durmió allí aquella noche y al día siguiente 5 de septiembre se incorporó a los 4.000 hombres que traía.

Pedroche no fue ruta de paso entre Toledo y Córdoba. Los Reyes Católicos venían a Córdoba y pasaban desde Almodóvar del Campo a Casas Pajerizas (hoy Conquista) y de allí a Adamuz para entrar en Córdoba por Alcolea”.

Fernando el Católico hizo este desvío para comprobar que se había cumplido su orden de derribar el Castillo de Pedroche. 

Solar del Mercado, 1921.



Fundación de Pozoblanco

Juan Ocaña Torrejón en su libro “Historia de la Villa de Pedroche y su comarca” dice al referirse a Pozoblanco en la página 51: “Dícese que vinieron unos pastores de Pedroches con el fin de apacentar ganado en sus ricas tierras utilizando como abrevadero un pozo que estaba situado en el lugar que hoy se conoce con el nombre del “Pozo Viejo”, cerca de las antiguas calles de Juan Torrico, El Tejar, Ancha y Cuesta del Romo; cuyo brocal, al quedar blanqueado por los excrementos de las golondrinas, dio nombre a aquel paraje.

Como edificación primera se señala la “Casa de las Bacas” en la actual travesía de la calle de El Tejar a la Cuesta del Romo, y no distante del arroyo de “Las Casas”, que en la actualidad atraviesa el pueblo y se conoce por el arroyo de “La Condesa”. 

San Bartolomé, 1962.


Si consultamos estas calles y casas en el Catastro de Ensenada, veremos que en 1754, no existía ni pozo ni estas casas. Sigue Ocaña Torrejón, diciendo que se nombró un sacerdote que atendiese a los primitivos vecinos y que se hizo una modesta iglesia: La ermita de San Bartolomé, y continua:

“En 1478 era aldea de más de treinta edificios de fábrica ý obtuvo el Título de Villa, por cuyo motivo los Reyes Católicos la facultaron para que hiciera nombramiento de sus alcaldes y demás justicias”

Cosa que no fue así, la dotaron de Concejo y de elección de alcaldes, pero no de justicias porque estas dependían del Alcalde Mayor de Córdoba.

Las pruebas de limpieza de Sangre de Juan Ginés de Sepúlveda que se hicieron el 9 de noviembre de 1511 en Pozoblanco aclaran muchas dudas sobre estas historias que siguen la línea iniciada por Ramírez de las Casas Deza. Porque el núcleo primerizo de

Pozoblanco se hizo en torno a la Iglesia y en la margen derecha del Arroyo de la Condesa según se mira aguas abajo. 

Pozo Viejo, 1948.



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