La Mancomunidad debe estar unida

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


En mi calle vivía una mujer a la que le gustaban siempre las frases hechas “para estar juntos, que estemos bien, para pelearse, cada uno a su casa y Dios a la de todos”. Esta semana ha habido acusaciones cruzadas por una nota de la Mancomunidad pidiendo a la Junta la búsqueda de soluciones a la sequía que sufren los ganaderos. Esto ha provocado una reacción que veremos en qué termina. Unos y otros pueden llevar razón en lo que dicen. Unos en su petición y otros en exigir que las peticiones deben de ser consensuadas por todos los grupos que conforman la Mancomunidad.

Tenemos que tener la capacidad de unirnos. Que los intereses políticos no estén nunca por encima de los comarcales. No pueden existir guerras de colores mientras los jóvenes y los no tan jóvenes siguen cogiendo la puerta y marchándose. Emiliano Pozuelo ya amenazó con sacar a Pozoblanco de la Mancomunidad, hace unos años, alegando que “Pozoblanco paga mucho y recibe muy poco”. Eduardo Lucena, concejal de Turismo, decidió hace tiempo apostar por la marca Pozoblanco y sigue teniendo sus dudas acerca de la Mancomunidad.

La pregunta es clara: ¿Podrían funcionar los pueblos sin Mancomunidad? La respuesta es sí. ¿Sería lo ideal que siguiera existiendo la Mancomunidad? Por supuesto que sí. Pero estas guerras se parecen a las de los hermanos que se pelean por el mando de la televisión. Uno quiere poner una cosa. El otro quiere poner otra. Al final llega la madre y apaga la televisión. ¿Quién hace de madre o de padre? Los ciudadanos. Ese mando es para que la comarca esté encendida y no para estar apagada.

A la mayoría de la gente le da igual el color político. Quiere el color humano. Ese color que debe reinar en las relaciones y con él tenemos que pintar la comarca. La unidad y la unión de los pueblos es la razón de ser de nuestra Mancomunidad. Aquí no debe haber sitio para la discordia. Una convivencia en paz, esa es la mejor manera de solucionar los problemas que tenemos en nuestra zona donde llevamos años y años olvidados por las administraciones (sean del color que sean). A Los Pedroches no los va a salvar ni el PP ni el PSOE. A Los Pedroches los está salvando la gente que vive aquí. Esa que trabaja cada día, que se levanta para sacar su casa adelante y pagar sus impuestos. Y a esa gente es a la que representa la Mancomunidad.

Pero hay mucho espacio para la esperanza, esa esperanza que nunca debe morir. Los Pedroches, no solo la Mancomunidad, debe de plantearse que, o vamos de la mano o, si no, un día nos quedaremos tan solos que no habrá sitio ni para la pelea. La Mancomunidad ha pasado momentos muy duros económicamente. A Juan Díaz hay que reconocerle su entrega en la Mancomunidad. Años en los que no había ni un euro para pagar algo que no fueran los sueldos o las deudas anteriores. Pero pese a las dificultades, la Mancomunidad resiste. No sabemos si será por mucho tiempo. Si hay voluntad, se conseguirá. Si tristemente no la hay, como decía aquella mujer “cada uno a su casa y Dios a la de todos”.


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