Cobrar la pensión después de fallecer y todo sigue igual en Canal Sur

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Es incomprensible los desequilibrios que existen en nuestro país a la hora de aplicar las leyes y sobre todo los controles de los distintos derechos que el Estado concede.

En esta ocasión aparece la escandalosa calamidad de control que se ha dado al pagar la pensión no contributiva a 1.100 personas que habían fallecido, con un total de más de 11 millones de euros en tan solo los años 2015 y 2016.

Las pensiones no contributivas son las que perciben en determinadas circunstancias los mayores de 65 años y personas discapacitadas que no han cotizado lo suficiente o simplemente no han cotizado nunca.

En este apartado también podíamos hablar que si en unos casos es verdad que las personas no han tenido la posibilidad de cotizar por diversas razones, también en otros no han cotizado porque no han querido, teniendo todos sus ingresos en la economía sumergida.

En la actualidad son beneficiarias de este tipo de pensiones 452.000 personas, de las cuales 266.000 son pensiones de jubilación y 194.000 son de invalidez. El presupuesto previsto para este año superan los 2.600 millones de euros.

Hay que decir que esta partida de dinero sale de los impuestos y no de las cotizaciones sociales.

Esta negligencia en el control de seguir cobrando después de fallecer se debe fundamentalmente al Imserso y a las comunidades autónomas, que simplemente con concertar un par de visitas al año a dichos beneficiarios evitaría este fraude. Además el único control rutinario es rellenar una vez al año la solicitud de que no se ha producido nuevos ingresos, mandándose por correo ordinario.

No entiendo ni estoy de acuerdo con que sean los bancos los que con un periodo de los últimos cuatro años, sean los que tengan que abonar dichas cantidades, porque la responsabilidad de las mismas, como decía las tiene el Imserso y las comunidades autónomas. Además, aunque los bancos tengan que devolver los 4 años últimos, esto no supone nada más que un 23%, ya que en algunos casos los fallecidos han seguido cobrando hasta 11 ó 12 años.

Aunque este es un caso un tanto generalizado, es muy llamativo que la mayor cantidad con diferencia se haya producido en las provincias de Alicante y Valencia.

Como decía al inicio de este escrito, es inadmisible y lamentable que con todas las herramientas y tecnologías que tenemos en la actualidad, se puedan dar fraudes de este tipo, más propios del magnífico libro “El Lazarillo de Tormes”.

En el segundo apartado de este artículo, tengo que hacer referencia con tristeza a Canal Sur Televisión, la de, supuestamente, todos los andaluces, que después de 6 meses del nuevo gobierno del Partido Popular y Ciudadanos, sigue exactamente igual, sin haber cambiado un ápice y engordado desmesuradamente el déficit año tras año.

Lo peor de los que trabajan en el mismo con cargo de ejecutivo, consejero, director, etc., es que, además de ser extremadamente sectarios (lo que han exhibido desde que se abrió hace treinta años), practican el baboseo con los nuevos gobernantes políticos para seguir en sus puestos, cobrando un pastizal y sin dar un palo al agua. Ya han traicionado a sus antiguos señoritos y ahora dan vaselina a los nuevos.

Van de progres y se han enriquecido con el PSOE gracias a sus despachos y a sus productores y pretenden seguir como siempre, y si se les corta el rollo empezarán a vociferar.

Han perdido el pudor y parte de la audiencia, hundida en el tópico que se ríe de los gordos y saturan con las sevillanas y pandereta. Han desterrado la cultura de nuestra tierra, siendo además cómplices de esas productoras que se han repartido el gran pastel económico. Descabellado es que además cobren un plus por aparición en pantalla aunque salgan un minuto a la semana.

Están enturbiando el nombre de Andalucía sacando los más paleto y chabacano, han manipulado hasta la náusea los informativos y han desperdiciado el mejor y mayor instrumento de difusión cultural que hemos tenido los andaluces a lo largo de nuestra historia, no teniendo la valentía y sinceridad de asumirlo, de apechugar con lo hecho, sino más bien hacer todo lo contrario, se arrastran como ratas para no abandonar el barco del chollo y la prebenda, mientras queman las listas negras que ellos mismos han elaborado y se entregan a los que hace seis meses llamaban fachas y enemigos de Andalucía.

Pero la culpa no es de ellos, sino de los que gobiernan y lo permiten, por ello es decepcionante que el bipartito que gobierna, no haya hecho nada, bueno sí, meter la cabeza entre sus cuerpos como avestruces.

Por ello no me extraña que estos enchufados hayan pedido botellas de Moët Chandon para brindar por el futuro de “la nuestra”, como los encargados y jefes llaman a esta televisión que consideran la suya.


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