Los Pedroches: la gran oportunidad

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)




Un lugar idílico para vivir. Hablo de ese sitio encantado que está ubicado en la zona norte de Córdoba. Poseen sus habitantes la dehesa más grande del mundo. Inmensa. El paisaje es precioso. Encinas centenarias entre el verdor del campo y las sombras de sus ramas. El aire es suave. Tanto que se siente. Sopla y se mete dentro. Es curativo o al menos eso es lo que dicen los viejos del lugar. Allí en época de montanera entran los cerdos que posteriormente darán el mejor manjar del mundo: el jamón ibérico de bellota. Una delicia. Como lo pueden ser esos platitos de lechón o de cordero, esos quesos hechos en la tierra y de nuestra ganadería. Una cocina mediterránea tradicional repleta de sabores.

Los Pedroches es naturaleza pura. Es quedarte solo ante las estrellas para sentir lo insignificante que eres y comprender la grandeza de lo que nos rodea. Dejar que el cielo se apodere de ti entrando en tu alma. Una experiencia única: dejarte llevar en soledad por el campo en silencio y con el cielo estrellado. Un mosaico armonizado.

Al salir de este campo encantado, te adentras en los pueblos que conforman la comarca. Son 17. Cada uno guarda una maravilla dentro. Los turistas las buscan hasta que las descubren. Una a una. Pueblos que están llenos de cultura propia, de historias y de una tradición que se ha ido transmitiendo a través de los años. En Los Pedroches hay oportunidades. Productos frescos, ecológicos y de calidad. Emprendimiento. Gente comprometida y trabajadora. Un paisaje por mostrar en una zona desconocida que se quiere colocar en el mapa. Nacional o internacional. Es una tierra virgen, todavía por descubrir. Tierra sin devorar por ese progreso que se come con cemento a los campos.

El mundo que se está construyendo en las ciudades nada tiene que ver con el de Los Pedroches. La grandes urbes se llenan de pisos compartidos caros para estudiantes, hipotecas que duran toda una vida para los matrimonios en aventura. Una vida cara donde te cobran por todo y en la que estás viajando todo el día de aquí para allá. El ruido constante de los coches, la contaminación, las prisas, los semáforos. La libertad se encuentra en estos pueblos donde se convive con la paz, con la tranquilidad y con la vida tal como era antes.

Tracy Letts hablaba de su refugio en “los placeres sencillos, como encontrar cebollas al borde del camino o un amor feliz”. Porque en una vida rural prima la felicidad. Sobre todas las cosas. Y a ella la puedes encontrar en cualquier lugar de Los Pedroches. En medio del campo, entre piedras esparcidas de esa hierba en la que pastan todo tipo de animales mansos. En el silencio de un paseo por caminos rurales o en una vivienda de bóvedas con patios llenos de luz y macetas hermosas. Dicen los turistas, que han descubierto el lugar, que una vez en él no paras de hacerte preguntas. Es como esta tierra te invitara a reflexionar acerca de las cosas importantes, las sencillas, esas que olvidamos en el día a día.

Los restos del mundo natural de antes está en Los Pedroches. Allí el sol, la naturaleza y las estrellas conviven contigo. Nada tiene que ver la vida allí con la del mundo fabricado y urbanizado de la ciudad en la que todo se mueve a otro ritmo. En Los Pedroches encuentras la pausa de la vida. Hay muchos rincones vacíos por llenar. Cada uno es una oportunidad. Los Pedroches, una tierra por descubrir. Porque queremos seguir viviendo aquí. Llenemos todo de oportunidades. Las tenemos. 


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