Miguel Calero, 'el profe' de la oposición

MIGUEL CARDADOR LÓPEZ
(Presidente-Editor)


Lo primero que quiero dejar muy claro es que cuando escribo un artículo relacionado con la actuación de alguna persona de Pozoblanco o de la comarca, siempre es solo desde la perspectiva de su gestión o actuación como cargo público o de presidente/a de algún tipo de club o asociación, nunca desde el punto de vista personal.

Estos cargos, como es normal, llevan consigo una cierta exposición pública y unas servidumbres añadidas, y no se pueden buscar excusas con el argumento de que muchos de ellos no cobren salario alguno.

Igualmente yo, como editor de este semanario, estoy expuesto cada semana a que, como es natural, haya personas a las que no sea de su gusto o agrado el contenido de algunos artículos o noticias del mismo y así lo manifiesten libremente. Y yo, como máximo responsable, tengo que saber encajarlos. Y digo más, hasta agradezco cuando alguien conocido me lo dice en persona, con un talante educado y tratando de que reflexione y vea posibles distintas perspectivas sobre esto o aquello que no ha sido de su agrado o con lo que no está de acuerdo.

Porque yo saque a la luz de forma altruista este semanario, ya que el fin social va destinado a la Asociación San Vicente de Paúl, no por ello yo me tengo que escudar en esto para no aceptar el recibir críticas.

Por último, y antes de entrar de lleno en el artículo que me ocupa, les recuerdo a todos nuestros lectores que tienen a su disposición nuestro periódico para que de forma libre y gratuita, y dentro de las normas básicas de educación y decoro, puedan escribir sobre lo que deseen.

He seguido de forma atenta y concentrada los cuatro plenos del Ayuntamiento de Pozoblanco que se han llevado a cabo desde que se inició esta legislatura.

Este número de plenos creo que es suficiente para hacer mi análisis personal de la actuación de los 17 componentes de la corporación y lo que al 90% yo creo que será el contenido de actuación de los mismos.

El que yo creo que va a llevar el máximo protagonismo y va a ocupar el 70% del tiempo de intervención va a ser el veterano de Izquierda Unida, Miguel Calero, al cual conozco desde que teníamos 15 años, ya que somos de la misma edad y hemos jugado como compañeros al fútbol en el mismo equipo local del Ferrocarril Oeste.

Ya entonces, recién despertados a la adolescencia, cuando la mayoría teníamos la cabeza absorbida por el bendito fútbol y en ligar con las chicas, él también jugaba a político de color comunista.

Muchos años después, en el año 1995, coincidí de nuevo con él en la corporación municipal de aquella legislatura. Lo cual me da licencia de conocimiento cercano para hablar de Miguel como político.

El representante de Izquierda Unida se encuentra en los plenos como pez en el agua, su discurso con la experiencia que tiene se divide, para mí, en dos partes:

La primera la efectúa con argumentos que, obviando la demagogia, pueden revestir en su caso buenas dosis de razones y coherencia, pudiendo ser algunos hasta aprovechables para que se recojan o se analicen por parte del equipo de gobierno. Y la segunda, que está centrada básicamente en “tocarle las narices” al alcalde, con el objetivo de que este último encaje mal el golpe, para que responda de una manera crispada, inesperada y con tono subido.

Realmente, visto lo visto, el señor Calero, se basta y se sobra para asumir totalmente el papel de la oposición.

Analizando a los otros dos partidos de dicha oposición (PSOE y Ciudadanos), se observa claramente que ambos acusan la rémora de tener unos líderes condicionados por haber compartido el gobierno y las políticas en la anterior legislatura con aquellos ante los que ahora deben ejercer la oposición. Pues ello en muchos momentos y aspectos les resta autoridad moral para oponerse a ciertas políticas o actuaciones en la que ellos participaron o impulsaron de forma inequívoca o incluso personal.

Por un lado está Ciudadanos, con su único representante, Pedro García, que evidencia todavía serias carencias en el manejo de los mínimos e indispensables recursos dialécticos y de oratoria necesarios para desenvolverse con soltura en el ambiente político, pues su valedor, Emiliano Pozuelo, apenas le ha dedicado tiempo para enseñarle lo más básico de la actuación en la oposición, ya que estuvo bastante entretenido en alcanzar él lo que actualmente tiene: ser político en el Parlamento de Andalucía. Pedro, más que oposición, parece que es un miembro más del equipo de gobierno.

Por otro lado está el partido mayoritario en la oposición con cinco miembros, el PSOE, con la dubitativa Rosario Rossi a la cabeza. Mi percepción personal es que le pesa su pasado en Pozoblanco en Positivo. Primero porque le pesa como una losa el haber gobernado en la legislatura anterior con el Partido Popular, y por otra parte porque ella no aparenta sentirse muy cómoda estando al frente de un partido con tanto peso como el que representa, porque viene de 4 años de cabalgar a su aire con el gran presupuesto económico de que disponía para su concejalía, sin ninguna dirección ni consejo de su compañero y portavoz, el señor Pozuelo, porque, como he dicho anteriormente, él estaba en otra cosa. Así que entre las contradicciones que comete por criticar ahora parte de lo que ella misma hacía cuando estaba en el sillón de mando, sumado a que copia el 60% de lo que dice previamente el curtido Miguel Ángel Calero, su oposición como partido mayoritario en esta bancada queda reducido a una labor casi intrascendente.

Por todo esto entendería con plena lógica que la joven Rosario no terminara la actual legislatura, y si la termina y decide seguir en política, quizás luego se acomode en su ideología más acorde entrando a formar parte de Izquierda Unida.

Miguel A. Calero yo creo que se encuentra muy a gusto en “solo ante el gobierno”. Y me atrevería a decir más, ejerce de profesor sobre sus compañeros de oposición, los cuales deberían plantearse el darle una gratificación económica por las clases que reciben de política de oposición, que es donde él siempre ha estado. Porque, sin duda, si los alumnos aprovechan el tiempo saldrán con licenciatura política y algunos conocimientos de los que al comenzar la legislatura carecían por completo.

En el equipo de gobierno el alcalde, Santiago Cabello, y su portavoz, Eduardo Lucena, han aprovechado el tiempo de la anterior legislatura para coger las “tablas” necesarias y desenvolverse en la mayoría de situaciones con soltura y dignidad. Han crecido aunque deben cuidar que no aparezca tanto su proclividad a la cosmética electoralista de ubicuidad, portada, farolillos y flores, y que aparezca más la sustancia de una verdadera política necesaria y eficaz para resolver los problemas reales e importantes de sus conciudadanos. En cualquier caso ambos parecen estar preparados para saberse manejar con cierto decoro en las situaciones dialécticas incómodas que puedan provenir del señor Calero.

También al resto de componentes del equipo de gobierno les va a venir bien las dogmáticas intervenciones del miembro de Izquierda Unida, para aprender a distinguir lo que es la paja y lo que es el grano de los plenos.

Aun con toda su experiencia política, también el señor Calero debe de estar preparado, porque en el último pleno, el debut en las intervenciones de dos mujeres del Partido Popular dejó patente que éstas tienen personalidad suficiente y no se van a dejar ningunear, ni se van a arredrar ante nadie.

Es muy positivo que esta legislatura sea la de mayor número de mujeres desde que se instauró la democracia en el Ayuntamiento pozoalbense.

Visto lo visto en la oposición, desde el primer pleno, Miguel Calero se frotó las manos porque se dio cuenta que es él el verdadero azote para el equipo de gobierno, y con ello de paso aprovecha, totalmente encantado, el ejercer de “profe” para unos compañeros de oposición que se encuentran como leones enjaulados.


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