La magia de los sueños en el Silo

EMILIO GÓMEZ



Hay días en que, como por arte de magia, lo humano se hace extraordinario. Da igual el lugar pues lo que importa es lo que se vive allí ese momento. Ayer en el escenario del Silo ocurrieron cosas. Será porque los magos lo pueden cambiar de todo. Érase ninguna vez era algo que no habíamos visto alguna vez y, a la vez, lo habíamos visto muchas veces. Fue una aventura infantil llena de retos, juegos, sueños y misterios.
Pasadas las ocho de la tarde empezó la función. El teatro estaba en completo silencio con las luces apagadas. Algo iba a ocurrir. El truco es que no había truco. El humor, la fantasía, la música, el asombro, lo increíble, la locura, el vuelo…Las cosas imposibles vienen y luego se van. A veces no las vemos aunque las tengamos cerca.


La historia de ayer iba de héroes infantiles valientes que luchan por una cosa tan importante como la vida a la que no hay que tomársela demasiado en serio. Solo disfrutarla. En el escenario se organizó todo un mundo de creación en torno a esos primeros años de la vida de todos, esos años vitales para la creatividad futura. Como dice “La Orden del Finnegans” todo ocurre en la infancia, todo está ahí, dormido pero latente siempre. Seremos mágicos si creemos en la magia. Seremos grandes si creemos en nosotros.
Los miedos no deberían de existir. Sería maravilloso si todos fuéramos guerreros con el arma de la risa. Esa que lo puede todo cuando se junta con la felicidad.


La historia del espectáculo arrancó cuando Antonio Jesús Lozano acudió al Materno Infantil del Reina Sofía para ver a Ana Isabel a quien le habían diagnosticado cáncer. Iba temeroso de todo y se encontró que allí había mucha vida. Una sala de visitas donde la alegría le podía a la tristeza y donde los niños tenían muchas actividades motivacionales. Y prometió hacer un espectáculo motivacional para dedicárselo a Ana Isabel. No pudo ofrecérselo presencialmente porque ella falleció. Pero dos días después de que Ana Isabel se fuera, se dirigió a Córdoba donde prometió que ese evento haría un día. Fue ayer cuando llegó ese momento. Todo lleno de color, de magia, de ilusión, de recuerdo, de niñez. Como si ella estuviera.


El teatro, los valores, el Coro y la Orquesta del Conservatorio Marcos Redondo, las canciones, el mago y sus ayudantes, los ángeles. Razones para seguir creyendo en la magia. Para no dar nada por perdido. Nada es imposible. La vida es un billete de lotería en el que te pueden tocar cosas buenas y cosas malas. Hay que admitir la carta por mucho que cueste y jugarla para vencer (si se puede). Hay hadas mágicas en los bosques, magos por todos sitios, canciones bellas y caricias que sanan.
Llenar el teatro para los que más lo necesitan. Ese era el motivo de una Gala Benéfica recordando a los que se fueron y dando ánimos a los que están en la lucha. Al final se pudieron escuchar los aplausos del público, las ovaciones, las emociones, los abrazos posteriores. Fue la noche de los sueños por una cura, por una sonrisa y por un juego: El de la Vida.
Los magos lo cambian todo. Hasta los momentos.

No hay comentarios :

Publicar un comentario