Cómo mejorar nuestra capacidad de adaptación

RAFAEL MUÑOZ DUEÑAS (Psicólogo Sanitario ASNC)

Vivimos encima de una bola de agua, minerales y fuego, que gira a 29.8 km/s. Es decir, que si yo te digo “me llamo rafael muñoz dueñas” y tardo 2 segundos en ello; cuando termino de decirlo, tú y yo estamos a 60 kilómetros de donde empecé a decírtelo. ¿Te das cuennnn?.

¿Y te has preguntado alguna vez porqué no lo notas?¿Te das cuenta que cuando nos empecinamos en “mantener nuestra posición” durante una conversación; o “nuestra postura” ante algo en la vida; no es más que una idea poco real?

Y puestos a preguntar: ¿te has preguntado porqué el único animal que sobrevive en todos los hábitats de este planeta es el ser humano?. Incluido incluso fuera de este planeta.

Todo esto, y mucho más, tiene que ver con nuestra capacidad de adaptación, aprendizaje y modificación. Es decir lo que se conoce como “resiliencia”. Bonita palabra, que explicada es aún más bella: es la capacidad innata en el ser humano para crecer gracias a las dificultades. Es decir, al adaptarnos a una nueva situación, aprender de ella, modificar nuestro pensamiento, o conducta o hábitos, ¡CRECEMOS!.

Y lo mejor de todo es que esta capacidad es innata en nosotros, en nosotras. Sólo que, a veces, algunas personas, se empeñan en frenar su capacidad. En negar que viajan a casi 30km/s, que todo lo que está encima y dentro de este planeta cambia constantemente. Nosotros cambiamos constantemente, nos guste o no. Y se empeñan en defender ideas que llevan siglos con nosotros y que no han tenido revisión ninguna. En su vida diaria se empeñan en hacer las cosas de la misma forma que siempre. ¿Te suena?: “toa la vida de dios se ha hecho así” (Permitidme poner este dios, tan particular en minúscula). Si, en este mundo en constante cambio llevas más de cinco años haciendo algo, siempre de la misma forma; le estás diciendo a tu cerebro: “ Olvida lo que estás aprendiendo, olvida lo que tú si ves distinto, no crees nuevas conexiones neuronales, deja de aprender”.

Claro, como él no puede dejar de aprender, por más que queramos, aprende a demostrar con un montón de argumentos basados más en nuestra creencia que en la realidad que él ve; que nuestras ideas no están equivocadas. Pero claro, los psicólogos sabemos que esto chirría, que por muy especializado que esté en ver donde no hay, en negar lo inevitable, sigue viendo también lo que hay, sigue sintiendo lo que está en el presente.

No sabéis cuánta ansiedad, cuanto mal humor, cuantas discusiones sin sentido, porque no llevan a ningún sitio…

Todo esta parrafada, y aún no te he dicho lo prometido en el título: “Cómo mejorar mi capacidad de adaptación”. ¿Recuerdas haber visto los ojos de un niño cuando abre un regalo?; ¿cuando aprende a dar sus primeros pasos y corretea por la casa buscando, experimentando?. ¿Lo recuerdas?, ¿lo sientes?. Ahora sólo, úsalo. Cada situación nueva, cada día nuevo, cada situación que se repite, son oportunidades de aprender, modificar y adaptar. ¡Estas creciendo!. No es malo cambiar. No es arriesgado cambiar. Es nuestra forma de crecer como animales y como personas.

Y además chico, chica, ES IMPOSIBLE NO CAMBIAR. Incluso, no hacer nada, nos cambia. Así que vuelve a esos ojos de buscador, de descubridor y crece. Crezcamos.

Un cordial saludo.

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