Las piedras de mi acera

DOLORES ARROYO LÓPEZ 
POZOBLANCO


Con gran contento un día me hice una casa, le puse su buena acera y losas amplias.

Gran grosor ellas tenían para toda la vida estaban, más un día vi a un perito en la calle paseaba, dando instrucciones venía yo le dije unas palabras él me contestó que la acera todas iban a quitarlas.

Al menos no romper las losas, que va me contestó, estas se ponen travesadas, se fueron a hablar a otro lado para que no molestara.

Y las losas se rompieron como si nada pasara, una muy grande que había en el batior de la entrada, esa si la salvaron por el tostón que les daba.

Se quitaron las buenas para poner unas peores, sin aprovecharlas.

Así está el pueblo, unas calles se arreglan dos veces, y otras calles llenas de remiendos, se olvidan de ellas no están en el centro.

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