Los misterios de la Ermita de la Virgen de Guía de Villanueva del Duque

SATURNINO MUÑOZ
HINOJOSA DEL DUQUE


La ermita de la Virgen de la Guía, situada en Villanueva del Duque, es sin lugar a dudas uno de los templos más singulares y vinculados al pasado de los pueblos de Los Pedroches. A su estudio y cuidado ha dedicado el sacerdote Francisco Vigara Fernández más de medio siglo de su vida. Ahora, tras su jubilación como párroco de Villanueva de Duque y con noventa años de edad sigue ostentado con fervor y pasión el cargo de rector del santuario.

Vigara ha sabido recoger toda su trayectoria vital y sus vivencias en torno a este templo en un libro que con el título “Los misterios de la ermita de la Virgen de Guía” trata de acercar a los habitantes de la comarca a las especiales connotaciones de esta edificación religiosa. Durante la presentación del mismo, el autor narró como a su llegada a Villanueva del Duque, a principios de agosto del año 1952, pudo comprobar inmediatamente la devoción hacia esta advocación. “Todo el pueblo preparaba la llegada de la Virgen el día 14 de agosto desde Hinojosa y el comienzo de las fiestas. La intensidad con la que aquellas personas esperaban el regreso de la imagen es algo que no he podido olvidar pese a los años que han transcurrido desde aquel momento”, subrayó.

El autor firmó disintos ejemplares tras el acto de presentación. 


Francisco Vigara también aborda con profusión de datos e impresiones de los vecinos de Villanueva del Duque toda la información y reseñas que le han ido transmitiendo sus feligreses y vecinos desde el comienzo de su misión pastoral en esta localidad. “Pocos meses después mi llegada, afirmó, me puse en contacto con el mayordomo para intentar arreglar muchas partes del templo que se encontraban destrozadas, como el altar mayor que estaba totalmente desfigurado, habiéndose encalado la mayor parte de las pinturas que lo decoraban”.

A mediados de la década de los años cincuenta del pasado siglo, Francisco Vigara gracias a su tesón y esfuerzo pudo poner en marcha un amplio programa de actuaciones en el interior y los exteriores del templo, con el objetivo de restaurarlo y devolverlo a su traza original. Unos trabajos que en primer lugar se centraron en el presbiterio. Estas labores permitieron que se encontraran en la ermita seis tallas de madera de estilo románico, realizadas en la segunda mitad del siglo XIII. Durante años estas tallas han estado depositadas en el Museo Diocesano de Córdoba hasta que fueron trasladadas a un nuevo espacio expositivo en la parroquia de San Mateo de Villanueva del Duque en el año 2014.

El sacerdote, durante la presentación de su libro.



En la última parte de su obra, según el propio autor, se aborda el proceso de recuperación de las pinturas del presbiterio, un trabajo que fue realizado por Moisés Moreno López a finales de la década de los noventa. El estudio elaborado para la restauración de estos frescos puso de relieve que sobre estas pinturas se edificó posteriormente un retablo, sin que sepa con exactitud su estilo y características. Las pinturas que decoran el presbiterio representan en su panel central la Asunción de la Virgen y su Coronación por la Santísima Trinidad, mientras que los laterales están dedicados a los Desposorios de la Virgen y la Anunciación.


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