Entrevista a Sabino Antolí, autor del documental 'El Largo Silencio'

EMILIO GÓMEZ
LOS PEDROCHES


Conocí a Sabino cuando era un crío. Vivía en mi misma calle y se juntaba, a veces, con mi hermano. Jugaba de portero. Era muy bueno. No tenía miedo nunca. Se tiraba como los porteros de primera aunque fuera en los adoquines de la calle donde se improvisaban los partidos más emocionantes. 
Como suele pasar en esta vida, luego le perdí la pista cuando me fui a estudiar. Luego se iría él fuera, y hasta hoy. Ahora está de actualidad por su manera de trabajar el video, los cortos de cine y un documental que está haciendo titulado El Largo Silencio que trata sobre la Guerra Civil. Un proyecto en el que lleva trabajando mucho tiempo.

En Barcelona estudió  técnicas cinematográficas. Una ciudad para perderse como él mismo reconoce.  Siempre Sabino tuvo un carácter especial, un soñador que hablaba poco pero que veía la vida desde otros ojos. Es por ello que no me extraña que sus producciones sean diferentes. Era un niño especial, un portero especial y ahora un creador especial.

Le gusta escribir. Le gustaría ser un gran narrador de historias increíbles. Todo a su tiempo. El camino que está recorriendo le va a abriendo veredas que él mismo pinta.



– Sabino, si te tuvieras que definir lo que haces, ¿cómo lo harías?
– Hay una frase por ahí, que dice: “Haz lo que te gusta y dejarás de trabajar”, algo así me pasa a mí con lo que hago, me gusta y de momento sigo el sueño de poder dedicarme a esto, aunque es difícil. También se puede decir que lo que hacemos es contar historias, algunas reales, otras inventadas.

– ¿Por qué un documental acerca de la Guerra Civil?
– Pues la idea nace con la intención de hacer un relato de lo que ocurrió, aprovechando los testimonios de las personas que aún están vivas y vivieron aquello, en un formato liviano y atractivo como es el documental. Nos gusta pensar que este documental, será la antesala que atraiga a jóvenes, y no tan jóvenes, a interesarse por nuestra historia. Hay una extensa bibliografía sobre el tema en la biblioteca, y esperamos que el documental abra interrogantes para que se le de uso. Nosotros daremos pinceladas sobre la ocurrido, terminar el cuadro dependerá de cada uno.

– ¿Cuántos testimonios has recogido para tu documental?
– Creo que hasta ahora son unos diez, de testimonios directos, de gente que con más o menos edad vivieron la contienda. La semana que viene empiezo aquí, en Pozoblanco. Algunos de los testimonios son muy duros, y otros te fascinan por cómo te los cuentan. Si alguien tiene conocimiento de personas que puedan aportar algo, que no lo hagan saber.

– ¿Por qué el silencio sigue estando presente a la hora de hablar de la guerra?
– Una cosa que me estoy dando cuenta, en este tiempo, es que el silencio es muy personal, hay personas que lo siguen guardando, y otras que desean contar por todo lo que pasaron. En general, supongo que el fin de la guerra, dio paso a una victoria que ahogó las libertades en España durante cuarenta años, y claro, era mejor no hablar y señalarse para poder sobrevivir. En la mayoría de los casos, creo que el silencio se utilizó para cerrar heridas personales obviando que estaban infectadas. Pero ese silencio personal, aunque respetable, no debe imponerse a la sociedad.



– ¿Cómo te imaginas ese tiempo de guerra?
– Como un tiempo muy oscuro, e inevitablemente como pasó en toda Europa, abocado al enfrentamiento. Era el punto álgido de muchas ideologías que pugnaban por hacerse con el poder, una incultura casi general, una pobreza en muchos casos, extrema, y una oligarquía que defendía sus intereses. A nivel local, hay miles de historias y muchísimo de lo que hablar. En muchos casos, hemos vivido esta etapa de la historia a través de nuestros abuelos, así es que ya desde pequeño en tu mente formabas e inventabas ese mundo. Lo negativo de esto, es que muchas veces no se ha evolucionado en busca de causas, lo que nos aleja del conocimiento. La memoria individual de cada uno es su verdad, incuestionable porque se basa en vivencias, pero las generaciones venideras deben evolucionar hacia ese mayor entendimiento del que hablaba antes.

– ¿Qué es sembrad@s?
– Sembrad@s es un documental que se centra en la gente que ha vuelto al pueblo. Hablamos de personas entre 30 o 36 años, que por h o por b, han organizado su vida en el Valle de los Pedroches, con iniciativas nuevas, o simplemente siguiendo los negocios familiares. Se habla de lo bueno que ofrecen los pueblos, de las cosas negativas, de la necesidad de enfrentarse a los problemas unidos… Somos tres personas, Peter Font y Leonor Fernández, y lo estrenaremos el 26 de este mes en la Muestra de Cine Rural de Dos Torres, a los que les agradecemos la invitación.

– ¿Por qué vuelves a Pozoblanco?
– Pues no fue una vuelta premeditada. Vine por la muerte de mi padre y quitando estancias largas en Madrid, suelo estar por Pozoblanco. En un primer momento te planteas esto como algo temporal, pero poco a poco te vas dando cuenta que aquí se pueden hacer mil cosas, incluso documentales, y la calidad de vida aumenta de una manera exponencial.



– ¿La sociedad se preocupa de su pasado y de sus antepasados?
– En España no, es mi opinión. Mira la Ley de Memoria Histórica las ampollas que levanta y solamente es eso, hacer un reconocimiento a nuestros antepasados. Aquí al contrario no se le otorga ninguna cualidad, digamos buena, por lo que cualquier argumento de disipa con el decir; “este es que es un fascista” o “este es que es comunista”. Hasta que no creemos un cierto entendimiento, o empatía, el pasado dependerá del prisma con el que lo mires, alejándonos y rompiéndonos como sociedad.
– Defíneme cómo es Barcelona
– Barcelona es una ciudad dura al principio, no es como Madrid donde encuentras amigos del pueblo, de otras ciudades, Barcelona es más limitada en eso, pero una vez encuentras tu lugar, es una ciudad que ofrece de todo, acompañado de un encanto muy personal. Se rompen muchos estereotipos estando allí y es una ciudad muy buena para formarte. Yo fui buscando esa Barcelona de Juan Marsé, o Eduardo Mendoza, pero ya queda poco de aquello.

– ¿El Pozoblanco de tu infancia tiene algo que ver con el de ahora?
– Si lo has visto evolucionar, la percepción es diferente. En mi caso, la mayoría de mis amigos/as se quedaron aquí, y aunque tardara más o menos en venir, siempre he tenido un lazo estrecho con el pueblo. Quizás, lo que más echo de menos es los niños jugando por la calle, que ya no se ven, o los adolescentes, que no sé dónde se meten. Antes todos nos conocíamos de eso, de vernos en la calle, ahora eso ha cambiado, pero no sé si es bueno o malo, o simplemente la evolución que lleva el mundo.

– Tu película preferida
– Bufff muchas, pero quizás, la que más me impactó, por su sencillez sea Niños del Paraíso de Majid Majidi. Pero tengo muchas preferidas; Amelie, Como una Imagen, Al final de la escapa, Rocco y sus hermanos…., muchas.

– Una ciudad para vivir
– Si tienes dinero, París, si andas más escaso, Málaga.

– Algo que detestas
– Una mosca que se cuela en la habitación cuando estás medio dormido, eso, y las verdades rígidas.

– ¿Qué es el arte?
– El arte es un camino para sentir, para llegar a un extenso y gran abanico de emociones.

– ¿Cuándo uno se va de su pueblo, quiere volver?

– Pues depende de cada uno, pero si el pueblo cubre tus necesidades laborales, sentimentales y te ilusiona, es uno de los mejores lugares donde vivir.


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