La suerte está por todos lados aunque esté escondida

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO


Para que a uno le toque el Gordo de Navidad se tienen que dar muchas circunstancias. El gordo que le ha tocado a la cantaora Pili Acaíñas y a  su guitarrista Juan Carlos Rísquez, tiene su historia. Ellos llevan compartiendo décimos de Navidad desde hace tres años. Este año tuvieron el presentimiento de que iba a acabar el Gordo en ‘13’. Buscaron un número con esa terminación.

Sin embargo, no serían ellos los que encontraran el premio ni el ‘13’. En realidad fue Concepción, la mujer de Juan Carlos Rísquez. Ella vive en Pedroche. Una noche se juntaron toda la familia. Sus padres y los cinco hermanos. En esa reunión familiar acordaron que tenían que ir un día a Madrid para visitar al hermano pequeño que residía allí desde hace años. Pactaron que sería a principios de diciembre. Y así fue. Dos días junta la familia en la capital de España compartiendo momentos y comprando el Gordo de la Lotería. Ella no sabía que en su bolso se iba a traer tanta alegría.


Los agraciados brindaron por su buena suerte al enterarse de la grata noticia. /SÁNCHEZ RUIZ


En uno de esos paseos por Madrid, el 6 de diciembre, Concepción fue a comprar lotería encontrándose que las administraciones por donde pasaba estaban hasta la bola de gente. Colas y más colas. En la Plaza de la Puerta del Sol espero un poco, pero vio que se le iría mucho tiempo en comprar el décimo. Y se preguntaba, ¿y si después de tanto esperar no tienen el ‘13’ que le había encargado su marido y Pili? Decidió no entrar en la administración y vio como había varios vendedores ambulantes en la Puerta del Sol iban ofreciendo Lotería. Se acercó a un vendedor preguntando por si tenía “la terminación del 13”. No la tenía. Fue entonces cuando encontró a una mujer de 80 años que estaba rodeada de décimos.

- ¿Tiene usted alguno que termine en ‘13’?, le preguntó
- Sí, el 66513, le dijo la extravagante señora.
- Pues ese. ¿Cuánto vale?
- 22 euros.
- Ahí tiene, le dijo Concepción cuando le pagó.
- Mucha suerte le deseó la anciana que le dio el Gordo.

Concepción solo compró un número del 66513. Se gastaron los hermanos 200 euros en lotería pero solo uno se compró del ‘13’. Ese número tenía el destino de Los Pedroches. Del bolso a servir de regalo para su marido que fue de las primeras cosas que le preguntó este cuando llegó a casa.

- ¿Encontraste el 13?
- No, le dijo ella. Quería bromear con él.

Poco más tarde fue su hija quien le daría el décimo en forma de regalo. No sabía que el regalo valía tanto. En realidad, nadie lo sabía. El número lo iba a guardar Pili. Juan Carlos se lo llevó para que lo depositara en su casa esperando la suerte. Durante dos semanas el 66513 estuvo en un cajón de un piso de la Calle Federico García Lorca. No saldría hasta el día 22. Esa mañana, Pili estaba en la cocina preparando la comida. De fondo estaba el sorteo de la Lotería que ella oía a través de la televisión. Entonces escuchó:

- ¡El Gordo, ha salido el gordo, vendido íntegramente en Madrid!

Pili salió al salón a ver qué número era y vio que terminaba en ’13’. El siguiente paseo sería al cajón de la mesilla para ver si ese ‘13’  era el que había comprado en Madrid. Tal era su estado de nervios que cuando lo miró se creyó que el Gordo que habían dicho en la tele era el 76513.

- ¡Por un número, qué lástima!, exclamó.

La desilusión duró poco pues cuando fue al televisor vio que el número era ese. Bingoooo. El Gooordo.

Todavía no sabe expresar la emoción que sintió. Llamó a Juan Carlos para darle la noticia y a todos los suyos. Quedaba por comunicarlo a Concepción, quien había comprado el décimo. Ella estaba en el Colegio en la fiesta de Navidad. Su marido se presentó allí con el traje de panadero. La sacó a la puerta y por el camino hacia su panadería se lo comentó. No han sumado ni los abrazos ni los besos que se dieron cuando le daba la noticia. Fueron muchos, no se podrían contar. Así es el lado bonito de la vida. Te pueden pasar cosas maravillosas como a ellos. También es fantástico contarlo.  Esta historia viene a decirnos que la vida está compuesta de historias increíbles. Esta lo es. La suerte cuenta. Y mucho. Es la compañera de viaje de todos.




Lo malo es que la suerte tiene dos caras (la buena y la  mala). En esta ocasión ganó la partida la BUENA SUERTE. No siempre sucede pero merece la pena seguir viviendo para encontrarla. Pocas veces la suerte viene en forma de PREMIO GORDO. Otras sí, como en este caso. Son las menos.


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