“Soy el último picapedrero de Pozoblanco y me jubilo la semana que viene”

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO


Es el último picapedrero que queda en Pozoblanco. Su último trabajo ha sido la cruz de San Gregorio. El próximo 17 de febrero se jubila después de más de cincuenta años al pie del cañón. Le da pena de que un oficio como el suyo se pierda con su adiós.


Modesto en los estudios de COPE Pozoblanco.


– Modesto, ¿el próximo 17 de febrero se jubila usted, el último picapedrero que quedaba?
– Así es. Me jubilo. Una pena que desaparezca un oficio aquí como el de picapedrero pero la realidad es esa guste o no. Soy el último picapedrero de Pozoblanco y me jubilo la semana que viene.

– Se va con el trabajo de la Cruz de San Gregorio que ha gustado mucho entre los vecinos.
– Ha gustado. Agradezco las muchas felicitaciones que he recibido por la calle. Hay personas que conocieron la cruz antigua y me comentan que es una réplica exacta. Eso es lo que se ha intentado.

– ¿Cuánto tiempo ha tardado en hacerla?
– Veinte días trabajando duro. Ha sido laboriosa pero hemos conseguido rematar un trabajo en el que el ayuntamiento de Pozoblanco tenía mucho empeño.

– ¿Cuándo empezó en el oficio de cantero?
– Mira, llevo más de cincuenta años en esto. En 1963 empecé. Tenía 11 años. Fue en la cantera de los Parra. Eran otros tiempos sin comprensores y con un porro a base de golpes.

– Un oficio muy duro, ¿verdad?
– Durísimo. Antes mucho más a base de brazo, moviendo peso y golpeando el porro. En fin que esto necesitaba mucho esfuerzo. Ahora también aunque no de igual forma. Los compresores, las carretillas y las máquinas han hecho que el oficio sea más llevadero.

– ¿Antes había muchos picapedreros?

– Muchos. En 1980 había cien picapedreros en Pozoblanco. En unos días, cuando me jubile, no quedará nadie en este oficio de esta localidad. Me da pena porque los tres hermanos nos dedicamos a este oficio que ha sido nuestra vida.


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