La gran semana del Salón del Libro de Pozoblanco

ANTONIO MANUEL CABALLERO
POZOBLANCO


Con la firma de un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento y el impresor Pedro López, al que también se rindió homenaje, para el inicio de la digitalización del Cronista del Valle y la entrega de distinciones finalizó anoche en la Caseta de la Juventud el VIII Salón del Libro de Pozoblanco que desde el martes ha llevado a cabo múltiples actividades de dinamización, con los niños y jóvenes como grandes protagonistas, especialmente en las visitas durante las mañanas, pero también con los adultos, que han tenidos distintos acercamientos y todo ello impulsado por la Concejalía de Biblioteca del Ayuntamiento y con la colaboraciones de numerosos colectivos, instituciones y colegios de la ciudad.


El impresor Pedro López ha sido homenajeado en esta octava edición del Salón del Libro. /SÁNCHEZ RUIZ


Una cita que ha ido más allá del fomento de la lectura y que abarcaba también una propuesta cultural que este año estaba vertebrada bajo el eje de las tradiciones de la comarca de Los Pedroches. Una mirada hacia el territorio que ha permitido hacer un recorrido sobre la gastronomía, los oficios, el vocabulario autóctono o las leyendas a través del trabajo realizado por los colectivos que se suman y dan vida a un Salón del Libro único en la provincia de Córdoba.



El acto de inauguración estuvo presidido por el alcalde de la localidad, Emiliano Pozuelo, la diputada de Cultura de la Diputación de Córdoba, María Isabel Ruz, y la concejala de Cultura y Biblioteca del Ayuntamiento de Pozoblanco, Rosario Rossi.


Los colectivos participantes en el Salón del Libro han conseguido reflejar la temática de la tradición a través de la artesanía, la gastronomía o incluso los apodos con los que se conocían y se siguen conociendo a muchas familias. Un hilo conductor que se observaba en cada uno de los stands. Hubo un encuentro con el escritor Antonio Rodríguez Almodóvar y otra reunió a los candidatos al premio Solienses, Juan Bosco Castilla, Alejandro López Andrada y Francisco Onieva. También cobró protagonismo el papel de la prensa como difusora de la cultura y tradición.




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