Pequeños lujos que hacen grande tu día

ANTONIO RUIZ SÁNCHEZ
(Periodista)


Todos nos hemos arrepentido de algo alguna vez. Por decir algo que no debíamos o por no decir algo que deberíamos haber dicho. Por preocuparnos por tonterías, por haber perdido el tiempo en algo que no merecía la pena y un largo etcétera.

Una enfermera especializada en enfermos terminales hizo una lista de los arrepentimientos más comunes de alguien que va a morir:

1. Ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer y no lo que los otros esperaban que hiciera.

2. Ojalá no hubiera trabajado tanto.

3. Hubiera deseado tener el coraje de expresar lo que realmente sentía.

4. Habría querido volver a tener contacto con mis amigos.

5. Me habría gustado ser más feliz.

Si te suena algún punto de esta lista no te preocupes, porque los psicólogos dices que a todas las personas nos rondan pensamientos de arrepentimiento. Sobre todo en temas relacionados con los estudios realizados, la carrera profesional que hemos escogido o de la relación de pareja.

Obviamente a cada uno le corroe algo en particular, pero no hay que caer en “lo que hubiera sido y no fue” y dejarnos llevar por el pesimismo, porque no sirve para nada.

El arrepentimiento está relacionado con las opciones y si en un momento determinado elegimos una opción concreta es porque en ese momento vimos que era lo mejor. Es importante ser más amable con nosotros mismos.

Quizá haya que fijarse en esas personas en estado terminal de la lista de aquella enfermera y darse cuenta de qué es lo que realmente queremos y atrevernos a cumplirlo antes de que sea demasiado tarde. 


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