La Virgen del Carmen

JUAN FRANCISCO PERALBO REDONDO


La Virgen del Carmen, Santa María del Monte Carmelo o Nuestra Señora del Carmen:
es una de las diversas y múltiples advocaciones de la Virgen María. Su denominación procede del llamado Monte Carmelo, en Israel, en la ciudad de Haifa, un nombre que deriva de la palabra Karmel o Al-Karem y que se podría traducir como ‘jardín’. En España, Puerto Rico y Costa Rica es patrona del mar y también de la Armada Española. Yo personalmente tuve la suerte de servirla durante mi servicio militar como Cabo de Infantería de Marina en Cartagena, Rota y San Fernando. Esta advocación da nombre a todas aquellas personas que se llaman Carmen, Carmela o Carmelo, y que celebran su onomástica el 16 de julio. La veneración se remonta al grupo de ermitaños que, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Israel. Estos devotos, después de las cruzadas, formaron en Europa la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (carmelitas). El Monte, situado en la actual Israel, que ha sido un sitio de devoción religiosa desde la antigüedad. En el libro del profeta Isaías se cita como un lugar de gran belleza. No aparece, sin embargo, en el Nuevo Testamento. Según la tradición carmelita, el 16 de julio de 1251, la imagen de la Virgen del Carmen se le había aparecido, a San Simón Stock, superior general de la Orden, a quien le entregó sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. Según esa tradición, la Virgen prometió liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo. Esta veneración recibió reconocimiento papal en 1587 y ha sido respaldada por los Pontífices posteriores, en especial lo referente al escapulario. La devoción mariana hacia la Virgen del Carmen se extendió a muchos países de Europa, entre ellos a España y desde éste a numerosos países de América. España es uno de los países donde más arraigada se encuentra esta advocación. Los pescadores han nombrado a la Virgen del Carmelo su fiel protectora y, además, la Marina Española le ha concedido el título de Patrona, por esta razón, es conocida como “la estrella de los mares”, como la nombrábamos en la Salve Marinera. El día 16 de julio, la Armada celebra la festividad de Ntra. Sra. del Carmen con diversos actos en todas sus bases, unidades, etc. y su advocación mariana, está vinculada oficialmente con la Armada desde el 19 de abril de 1901, fecha en la que la Reina Regente, Doña María Cristina de Habsburgo y el Ministro de Marina Don Cristóbal Colón de la Cerda, refrendaban con sus firmas la Real Orden por la cual se proclamaba, de manera definitiva, a la Santísima Virgen del Carmen patrona de la Marina de guerra. Historia y tradición arraigan en todos los marinos la devoción a la Virgen del Carmen. Pescadores, marinos mercantes, de la Armada, deportivos y gentes de mar en general celebran al unísono este día. El primer convento carmelita de la Península Ibérica aparecería en Perpiñán (Francia), entonces ciudad de la Corona de Aragón, estableciéndose su fecha fundacional entre 1265 y 1269. Su propagación fue rápida por toda la península ibérica, llegando a Sevilla en 1358, ciudad desde la que se impulsará la creación de la destacada Provincia Bética Carmelitana, en 1499. En esta época empezarán a surgir las primeras comunidades femeninas de religiosas carmelitas en todo el territorio.

En Alcaracejos, llega su devoción por estar ahí, en mitad de Julio: mes caluroso, de pocas recolecciones, mínimos estudios, nimias lluvias y granizadas, en fin de cómo se comentó en esta revista semanas pasadas, la decisión la tomaron políticamente, el mandamás de turno y los caciques que lo rodeaban, que imaginamos también tenían que estudiar y recolectar, como curiosidad chistosa la imagen se veneraba para paliar las sequías.

La Virgen del Carmen en procesión por las calles de Alcaracejos años atrás.


El 16 de julio de 1251, la Virgen María se apareció a ese su fervoroso servidor “S. Simón”, y le entregó el hábito que había de ser su signo distintivo. Inocencio bendijo ese hábito y le otorgó varios privilegios, no sólo para los religiosos de la Orden, sino también para todos los Cofrades de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Llevando éstos el escapulario, que es la reducción del que llevan los Carmelitas, participan de todos los méritos y oraciones de la Orden y pueden esperar de la Stma. Virgen verse pronto libres del Purgatorio, si hubieran sido fieles en observar las condiciones impuestas para su uso. Respecto del origen del mensaje de la Virgen del Carmen, éste está en Inglaterra. Ella vestida de hábito carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que le entrega diciendo: “Recibe hijo mío este Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan”. Las bendiciones y ayudas tan especiales que la Madre de Dios concedía a los que llevaban con fe y devoción el Santo escapulario. Incendios que se detenían; inundaciones que se calmaban; tentaciones que se alejaban; pecadores que se convertían. La Sta. Iglesia Católica ha declarado que el Escapulario se puede reemplazar por una medalla. Y la Virgen Santísima sigue haciendo prodigios cada día en favor de quienes llevan con devoción el santo escapulario o su medalla y se esfuerzan por volverse mejores creyentes. Aunque el texto de la Real Orden recogía que la Virgen del Carmen era de hecho Patrona de todos los navegantes, es bien sabido que con anterioridad las gentes de la mar, navegantes, pescadores y marinos, no veneraban una única advocación patronal sino que se multiplicaban en pluralidad de títulos y con preferencias escogían para abogada de sus travesías la imagen de más veneración de su lugar de origen.

VIVA LA VIRGEN DEL CARMEN, los Marineros, los Infantes y todas las MARIAS.

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