Lenguaje exprimido y despersonalizado

SEBASTIÁN MURIEL
(Docente jubilado)


Fue hace diez, quizás 15 años, cuando, ante una explicación confusa o mal elaborada, empecé a escuchar “¡Tú ya me entiendes! ¡ Ya sabes lo que te estoy diciendo!”. En alguna ocasión llegué a responder: “Ni te entiendo ni se lo que me quieres decir”. Esas oídas coletillas o frases hechas quedan bien pero explican poco. A mi entender ocupan el espacio de una buena y clara explicación que tu interlocutor no sabe dar o no está dispuesto a elaborar. En cualquier caso, al ser tan fáciles y tan útiles, enseguida pasan a formar parte del lenguaje cotidiano “moderno” y su uso se transmite con una increíble rapidez. Algo parecido ocurre con “sino lo siguiente” expresión que se maneja para avanzar un escalón más en una preferencia o en una situación, p.e.: “la película no me gustó mucho, sino lo siguiente” o “el examen no fue difícil, sino lo siguiente”. De alguna manera “sino lo siguiente” viene a matizar en tono superlativo, sin serlo de forma clara.

El dicho de que una imagen vale más que mil palabras se concreta en los emoticonos. Pensemos en un emoticono alegre que saluda. Su polivalencia es más que notoria. Lo puedes usar ante cualquier despedida manifestando que estás contento o después de una agradable y positiva conversación. También para saludar al inicio del día o para despedirte antes de despegar tu avión. El emoticono te pone cara a ti y su mano elimina tus palabras. La relación de emoticonos es casi infinita y no dejan de salir otros nuevos.

En Facebook es frecuente recibir vídeos que nadie sabe quién ni porqué los hizo. Los millones de visitas avalan la posible calidad del mensaje o de su curiosidad. Mi perplejidad es total cuando junto a los millones de visitas no aparece ni un comentario. ¿¡ Nadie comentó ¡? . Algo extraño sí que parece. Mi sensación es que el personal manda vídeos o fotos para explicar una idea o una situación que le llama la atención o que le gusta y con la que está de acuerdo o no. Con un click uno se considera autor del mensaje que no elaboró, sólo envió. Así los usuarios de las redes se convierten en meros transmisores de mensajes. Además el mismo mensaje puede ser enviado por miles de personas diferentes. Siendo diferentes cada uno como somos, difundimos lo mismo que además hizo otra persona. La despersonalización está más que asegurada en una galaxia de trillones de mensajes, aunque algo palian los amigos en Facebook o los grupos de Whatsapps. La gente ya no cuenta chistes: envía los chistes contados por otros o envía mensajes animados (un muñeco o dibujo que hace algo). Gifs creo que se llaman estos últimos. Vemos normal que alguien piense por nosotros y dejamos que unas imágenes, creadas por ese alguien, reflejen nuestra personalidad.

¿ Qué decir del lenguaje hueco, uniforme, gris y repetido, seco, impersonal y exprimido?. ¿Quién no ha recibido o leído cosas como éstas?: “Guapooo/aaaa”, ¡¡¡ Ja,Ja,Ja, Ja…!!!, ¡ Pasadlo genial ¡, ¡ Disfrutad del día!, ¡k arte!, Genial,… Una comunicación a base de una o dos palabras ¿ es realmente comunicación?.

Esta unificación de comentarios, opiniones, sentimientos, expresiones etc…sabiendo que todos somos diferentes y que las situaciones que están detrás son también diferentes creo que perjudica la comunicación y empobrece el lenguaje. ¿Realmente ganamos tiempo? ¿Por qué no unas líneas que expliquen mejor nuestra opinión o nuestro estado de ánimo?. ¿Será por falta de tiempo? ¿Falta de ganas? ¿Pereza mental? ¿Moda y rutina?.

El lenguaje como algo vivo tiene que evolucionar, lo mismo que los sistemas de comunicación pero creo que ambos lo debieran de hacer ampliando horizontes y mejorando las relaciones personales de la gente. La comunicación directa no puede ser sustituida por la comunicación ¿tecnológica? . Debiéramos de moderar el impacto de las nuevas tecnologías y siempre que podamos dar espacios y tiempos a una comunicación interpersonal, una comunicación basada en la presencia física. Cierto equilibrio entre ambas es una tarea que cada uno debiéramos de plantearnos. La imagen de algunas personas – adultos o adolescentes - embebidos con su móvil, sordos y mudos para los que les rodean es realmente triste.


En cualquier caso creo que las redes y sus posibilidades sólo despersonalizan a las personas despersonalizadas o con tendencia a ello. Las redes son un instrumento que tenemos que aprender a usar y es la formación, la educación y tu escala de valores lo que se refleja en ellas. La escuela, la familia y los medios no pueden dejar que la globalización machaque las personalidades del personal y deben levantar sus voces críticas contra la uniformidad que se nos quiere imponer como única alternativa posible. 


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