¡Qué bello es vivir!

EMILIO GÓMEZ
(Periodista)


A menudo, intentamos modificar lo que somos comprando cosas. Un coche nuevo, una vivienda más lujosa o pequeñas cosas que nos hagan tener una vida diferente. Sin embargo, no cambiamos el interior. Estamos en la era de lo exterior.

Qué bello es vivir es una película de Frank Cappa donde el papel principal recae en James Stewart quien hace George Bailey, un hombre arruinado y perdido, cuyo propósito es suicidarse en Nochebuena. Esto provoca la intervención de su ángel de la guarda, quien los guía a un mundo idéntico en el que vivía. Solo con una diferencia; es un mundo sin él, sin George Bailey, quien no ha existido jamás y no aparece. ¿Se imaginan un mundo donde despareciéramos y fuéramos simples espectadores de nuestras vidas sin intervenir en ellas? ¿Se verían las vidas ajenas diferentes? ¿Aprenderíamos a vivir de otra forma? Nuestra vida gira sobre nosotros y no sobre la de los demás. Lleva nuestro nombre y debemos de responder de las exigencias del mundo. Unos pueden cumplirlas y otros no.



Muchos hombres y mujeres insisten, una y otra vez, en que sus vidas podrían modificarse si cambiaran de todo (de nombre, de ser y hasta de aspecto). Creen que es tarde para ello. No es que no estén contentos con lo que son, es que no han sido lo que ellos en realidad son. Hay mucha gente que no ha podido sacar lo que lleva dentro (deseos, sueños, emociones). Nos hace falta valentía para iniciar una vida nueva cuando esta se atranca. Las exigencias de un mundo material son grandes. Es por ello que se dice que estamos en la era de la angustia.

Ante eso, uno puede sobrevivir llenándose de valores. Es lo que nos falta. El engaño, la mentira y la avaricia no da la felicidad. Al final nos recordarán y apreciarán por nuestros valores, por ser buena gente, por ser responsable, por ser buen padre, buen amigo, buen hermano, buen hijo, buen ciudadano. Nosotros solo podemos apreciar lo que hacemos desde una única perspectiva, la nuestra. Pero hay miles de perspectivas de los que nos rodean. Eso es lo que queda.

Vivimos y creemos que estamos combatiendo con los demás cuando en realidad es lo contrario. Debemos vivir en los demás y lo podemos hacer como James Stewart. Se imaginan una vida donde cada uno tuviera un mundo idéntico pero sin él y sin la vida que ha llevado siempre. Vivir en otra vida donde comenzar de nuevo quizás con otro nombre o con otra visión. A veces, estamos cansados de vivir en la misma vida. Nos acompañamos tanto que no dejamos espacio para los demás.



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