El tribunal de los hombres buenos

ARTURO LUNA BRICEÑO


Hay una excepción en la Constitución Española, que está basada en el derecho romano, y es que se mantiene un tribunal tradicional que viene del derecho musulmán: El Tribunal de las Aguas de Valencia.

Este Tribunal tiene su sede en la Puerta de la Virgen de la Catedral valenciana. Está compuesto por ocho hombres buenos, conocedores de la tradición y las costumbres en el reparto del agua en la Vega de Valencia. El alguacil del Tribunal llama a los denunciantes y denunciados de las distintas Acequias. Y a su llamada se presentan ante el tribunal y el presidente los invita a hablar. Una vez expuesta la denuncia manda callar y le da la voz al denunciado. Y así cortando debates y agilizando la vista, el que denuncia y el denunciado van exponiendo sus argumentos y son escuchados por los ocho hombres buenos que los están juzgando. Finalizado, los jueces, basándose en la tradición y la costumbre dictan sentencia y está se cumplirá con todo rigor y no se podrá apelar.

Tenemos en Pozoblanco un litigio constante con el mantener las costumbres y las tradiciones. Andamos queriéndolas recuperar y fortalecer desde el Ayuntamiento, y entre tanto, desde otras Agrupaciones y Asociaciones se empeñan en acabar con ellas. Se erigen en juez y parte, y está claro que ellos, por muchos estatutos que los avalen, no son el Tribunal de los Hombres Buenos de mi pueblo.



Y por una vez, y sin que sirva de precedente, me presento ante el tribunal de la tradición, el uso y la costumbre para denunciar el intento de amputar a la Estación Catorce del Vía Crucis católico que se representa en Pozoblanco desde la fundación de la Parroquia de Santa Catalina, en el año de 1.530. Y para motivar mi acusación voy a exponer:

1º.-La octava Constitución de la Santa Cofradía de Jesús Nazareno con Estatuto de Limpieza de Pozoblanco con fundación en 1605, dice:

“8ª Constitución: Disposición que se han de observar y hacer para la procesión del Viernes Santo.
El viernes Santo a las dos de la mañana saldrá el hermano de esta Cofradía y de la Hermandad de los sayones tocando la trompeta por el lugar para que acudan los hermanos de la Cofradía a la Ermita de Jesús Nazareno…”



Aunque se nos ha querido vender, en un libro muy gordo, que los Sayones son una Hermandad creada en 1724 a imitación de otras de la Campiña, lo cierto es que los Sayones vinieron a la Cofradía fundada en 1605 acompañando a la imagen de Jesús Nazareno, el número de ellos eran cuarenta y procedían de la Cofradía de la Vera Cruz, fundada a instancias de Juan Ginés de Sepúlveda, que era el canónigo de la Vera Cruz en la Catedral de Córdoba. La Cofradía de la Vera Cruz fue la encargada de la Semana Santa de Pozoblanco hasta que ocurrieron los desencuentros entre la familia Pedrajas contra los Sepúlvedas. A la imagen de Jesús, de acuerdo a un censo viejo que se transcribe al libro de Pellejo de la Santa Cofradía de Jesús Nazareno, se le atribuye la curación de una moza en 1525.
2º.- El Cancionero Viejo de este Vía Crucis dice en un rezo que se cantaba con la música de la Pasión:

Estación es la décima tercia
hombres fervorosos vienen a bajar
de la Cruz mí sagrado cadáver
Dos santos varones con gran lealtad
Sígueme y verás
que mi madre me tuvo en sus brazos
mientras dispusieron llevarme a enterrar.



Y cuando Cristo estaba en brazos de su madre los sayones romanos se sortearon su túnica. Y en el citado Libro de Pellejo en la relación del Inventario leemos:

“Una túnica de terciopelo morado, bordada del todo
Otra de terciopelo morada con encaje de plata
Otra de tafetán morado
Otra de tafetán color musgo que es la que sortean los sayones”.

3º.- Bajado Jesús de la Cruz y escoltado por los Sayones la procesión iniciaba el Santo Entierro desde el Calvario a la Parroquia y la Décima Cuarta Estación se celebraba en la Iglesia de Santa Catalina.
La copla de la Pasión antigua reza:

Estación es la décima cuarta
donde sepultura me fueron a dar
de limosna en un santo sepulcro
en el cual estuve tres días no más
Contempla y verás
que después que enterraron mi cuerpo
lloraba mi madre su gran soledad.



Y este Santo Entierro de la Catorce Estación, con el tiempo, se trasladó del amanecer del Vía Crucis del Viernes y se llevó a la tarde, para que a su final se iniciaran los Oficios del Viernes Santo. Procesión que siguió haciéndose por la Hermandad de los Sayones y fieles a la liturgia de antaño. En el resurgir de la Semana Santa en el siglo XX, la primera cofradía que se funda es la de la Virgen de la Soledad, como si siguiera el guion de las coplas de la Pasión.

Apelo a los representantes de la Iglesia Católica de Pozoblanco y a la Corporación Municipal para que me den por escuchado y se conviertan en El Tribunal de los Hombres Buenos, que velan por las tradiciones, y le pidan a los que quieren hacer cambios en el Entierro de Cristo, y que pretenden anular la presencia de los que siempre estuvieron y otros que fueron invitados a través del tiempo: Expongan, en favor de la tradición, los usos y las costumbres. ¿Qué razones alegan para mutilar una procesión y aportar nuevos elementos? Cuando lo que debían de hacer es sumar presencias al Entierro y no restar algunas que están ahí hace más de cuatro siglos. Es gracia que espero alcanzar. 

Amén. 




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