Las vueltas de San Antón

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sábado, 20 de enero de 2018 | 7:57 0

Las vueltas de San Antón

SATURNINO MUÑOZ
HINOJOSA DEL DUQUE


Las innovaciones producidas en las últimas décadas en las actividades agrarias también han provocado algunos cambios en algunas de las fiestas de la zona norte de la provincia de Córdoba. La desaparición de los ganados destinados a las faenas del campo ha convertido ahora la celebración de San Antón prácticamente en una jornada destinada a los animales de compañía y mascotas. Pese a ello, durante la noche del diecisiete de enero todavía algunos ganaderos acompañan la imagen del santo con animales de su cabaña demandando así la protección ante las siempre amenazantes enfermedades.

Pese a al frío de las primeras horas de la noche, el pasado miércoles la imagen de San Antón volvía a recorrer el perímetro de la Catedral de la Sierra. De esta forma, cientos de personas, acompañadas de sus animales y mascotas se congregaban durante esta velada junto a la parroquia de San Juan Bautista para celebrar a esta advocación buscando el auxilio y la ayuda de su patrón para sus animales. Para lograr este amparo la liturgia marca que los fieles tienen que dar tres vueltas en torno al templo.

La festividad sirvió de nuevo para poner de manifiesto la existencia de los más variados animales de compañía, así como la importancia que los mismos tienen especialmente para los más pequeños. Los participantes cumplieron con el ritual de iniciar y completar un recorrido de tres vueltas alrededor del templo para buscar la protección del santo para sus caballos, perros, aves o gatos.

Según cuenta la historia, San Antonio Abad (Antón o Antoni) en medio de la vida austera que llevó, descubrió la sabiduría y el amor divinos a través de observar la naturaleza. De esa revelación, adquirió la costumbre de bendecir a los animales y a las plantas. A partir de su muerte, San Antonio Abad fue invocado como patrón de los ganaderos y protector de los animales domésticos. Se cuenta que en una ocasión se le acercó una jabalina (jabalí hembra) con sus jabatos que sufrían de ceguera y San Antón los curó.

La jabalina ya no se separó más de su lado y siempre le protegió ante otros animales por lo que al santo se le representa con un cerdo a sus pies.