Las Vías Sacras en la Semana Santa antigua de Pozoblanco

ARTURO LUNA BRICEÑO


Las procesiones actuales de Semana Santa son una mezcla de los Autos de Fe de la Inquisición y los Vía Crucis, interpretación litúrgica que narra y representa la Pasión y Muerte de Jesucristo desde que es sentenciado a morir en la Cruz hasta que es enterrado. En el Vía Crucis antiguo eran 14 estaciones. En el moderno se le añadió una más, la quince, en la que Jesús resucita entre los muertos.

La institución del Vía Crucis es muy antigua, procede de los Santos Lugares y sus raíces se hunden en los Caballeros Templarios, aunque fueron los Franciscanos los que la divulgaron por todo el orbe católico. Su apogeo fue en el Siglo XVI. Raro era el pueblo o ciudad que no tenía una Vía Sacra con las catorce estaciones marcadas y que acababan en un Calvario, por lo general situado en una ermita construida en un altozano. 

Cruz del Hospital de Jesús Nazareno.


Uno de los más antiguos es el de Sevilla. La Vía Sacra sevillana partía del Palacio de los Henríquez y llegaba a la Cruz del Campo: “Según la tradición el primer Marqués de Tarifa, Adelantado don Francisco Henríquez de Ribera, hijo de don Pedro Henríquez, Adelantado Mayor de Andalucía y de doña Catalina de Ribera, que mandaron construir en el año de 1533 la Casa de Pilatos. Este Marqués hizo en sus tiempos de mocedad una peregrinación a Tierra Santa y al retorno, para conmemorar expedición tan famosa, mandó colocar en la sencilla portada dórica de la Casa de Pilatos la cruz de jaspe indicando que era la primera estación de las catorce que anduvo Cristo antes de ser crucificado en el Monte Calvario. Desde esta insignia de redención hasta el Humilladero de la Cruz del Campo en las afueras de Sevilla, hay exactamente la distancia total del auténtico Vía Crucis”.

Nuestro Padre Jesús Nazareno.


La primera estación en Pozoblanco estaba situada en Santa Catalina y posteriormente en la Cruz de la Ermita de Jesús Nazareno, que se encontraba a la entrada del compás de la ermita antigua, y ahora se puede ver en la pared del nuevo templo, debajo del cuadro de Jesús Nazareno.

Tres vías sacras partieron de allí a lo largo del tiempo. La más antigua, según el Catastro de la Ensenada, iba por el Callejón del Hospital hasta el Ejido de Liñares, sitio que estaba pasado el Barrio Alto. De esa Vía Sacra, por la que discurría la primitiva procesión, se conservan la Cruz del Ciento y la Cruz de Arévalo. 

Cruz del Pilar. 


Otra Vía Sacra que existía, pero no dan noticias de hacer la procesión por ella, iba al Pago de los Llanos dónde la familia de Juan Ginés de Sepúlveda tenía una huerta, una viña y un lagar. Se da noticia de ella en el testamento de Bartolomé de Sepúlveda, hermano del Cronista. Se conserva una cruz en el lugar que la titulan la Cruz de los Lagartos, aunque si se tienen en cuenta los viajes que el Cronista hacía de Córdoba a Pozoblanco, que eran por Obejo, este debía ser el sitio donde paraba para ver el pueblo. Otra famosa cruz era la del Pilar, que al sacarla de la calle la incrustaron en la pared de una casa. Hoy, después de tirar la casa han puesto un recuerdo de ella y la han titulado: Cruz de la Portería, cuando esta cruz en el siglo XVII le daba ya nombre al lugar: Calle de la Cruz del Pilar. 

Cruz del Risquillo.


Y la última Vía Sacra es la que actualmente se hace. Tenía un recorrido por el Risquillo, subiendo la Costanilla y desde allí a la Calle de la Fuente de la Izquierda a La Ribera, donde esperaba La Verónica, y de aquí partía Jesús Nazareno por la Calle Santa Marta. Y San Juan seguía hasta el final de la Calle para venir por la Carretera y encontrarse con la Virgen en el Calvario que estaba en Las Piedras del Ermitaño, donde Luis Ponce de Sepúlveda y Baltasar Gutiérrez Aguavieja construyeron un molino de viento en 1617. Desde entonces a la cruz se la nombró: La Cruz del Molino del Viento´ 

Ermita de San Antonio.


Estas Vías Sacras tenían licencia de los Santos Lugares que pagaba el Concejo vía limosna: “Asimismo cien reales de vellón que se dan a Los Santos Lugares de Jerusalén”.

Este año, con las obras que hay en el lugar, será complicado hacer la reunión del Nazareno, San Juan y la Virgen. Lo mismo conviene alargarla hasta el Compás delantero de la Ermita de San Antonio, donde sabemos que existía un Calvario en el que rezaban los arrieros cuando iban a llevar harina a las Minas de Almadén. Así que se alarga la procesión y la bajada la pueden hacer por delante del Parque camino del Silo para acceder al antiguo recorrido por el Paseo de la Herradura.
Cruz de la Unidad y Avenida Villanueva de Córdoba.

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