Tiempo de Cuaresma... La imagen de Jesús Nazareno de Pozoblanco en los documentos

ARTURO LUNA BRICEÑO


En la revista “La Voz del Hogar” editada por el Hogar del Pensionista de Pozoblanco, en el número 69 correspondiente al año 2003, Claudio Olmo, un colaborador habitual de esta revista, publica “La Leyenda de Jesús Nazareno de Pozoblanco”.

La ubicación de la trama de esta leyenda está situada en Carpi, Italia, y son tres los personajes: El Príncipe de Carpi, Juan Ginés de Sepúlveda y un escultor que trabaja en la casa del príncipe y está perseguido por la inquisición.

Los que hicieron la Revista del 4º Centenario de la Cofradía de Jesús Nazareno con Estatuto de Limpieza tenían noticia de la Leyenda publicada por Claudio Olmo, pero prefirieron obviarla. ¿Por qué?

Por la presencia de los dos personajes históricos: El Príncipe de Carpi y Juan Ginés de Sepúlveda. Su presencia en esta leyenda sirve para datar la época en que se esculpió la imagen y dónde.

En mi libro; “Pozoblanco: Historia de la Pasión”. Publicado en 1981 y para el que transcribí entero el Libro de Pellejo que poco tiempo antes había aparecido en el Hospital de Jesús Nazareno. En este libro avanzo la hipótesis de que la imagen pudo haber sido mandada a Pozoblanco por El Cronista Sepúlveda. Para tratar de corroborar esta presunción me puse en contacto con el Archivo Histórico de la Casa de Carpi y la archivera me pidió que le mandara la leyenda, fotos de la imagen, el censo del milagro y otras características como los ojos de cristal.

Me aclararon que en ese tiempo la Corte de Alberto Pío estaba en Roma, lugar en que se encontraba como embajador de Francisco I, Rey de Francia, pero quién era aficionado a escultura, era su sobrino, el Cardenal Roberto Pío, que era un gran mecenas y que tenía en palacio a escultores napolitanos trabajando para la ornamentación de la tumba de los Pío. Y que la estancia de Juan Ginés de Sepúlveda en ese palacio fue hasta el Saco de Roma, que sucedió el 6 de mayo de 1527. Juan Ginés quiso refugiarse, junto a los Pío en el Castillo de Santangelo, pero no le dejaron y tuvo que irse a Nápoles. 

Nuestro Padre Jesús Nazareno.




El Censo del Milagro


En la razón de escrituras de censos que tiene esta Cofradía a 16 de julio de 1768, según leemos en el Libro de Pellejo, reseñada como la 6ª de ellas, está el Censo del Milagro que se cierra de esta manera: …”Cuyo principal donó a esta Cofradía Miguel Jurado y así mismo María Moreno su mujer para ayuda del aceite de una de las lámparas que existen en la Hermita de N. Padre Jesús que los dichos dieron de limosna en recompensa de haberle dado la salud a una hija de los referidos. Otorgose esta escritura ante Juan de Sepúlveda, Escribano de este número a los 26 de junio de 1525, se la paga María de Copada viuda de Juan Rayo, poseedora de dichas casas”.

La Revista del IV Centenario de la Cofradía de Jesús Nazareno con estatuto de limpieza, la encargada de transcribir y comentar el libro dice: “Creemos que la fecha de 1525 es errónea, pues el primer protocolo que se conserva de Juan de Sepúlveda es de 1592 a 1598 y la ermita no comienza a construirse hasta 1617. La única escritura de censo otorgada a favor de la Cofradía que hemos podido localizar es la del que pagaba María López, viuda de Pedro Calero, sobre unas casas en la Calle de las Coronadas”. 



La idea que los mueve es que la imagen hay que acercarla al taller de la Roldana como sea. Pero se comete un grave error;

1º.- El libro que ellos llaman de Las Constituciones, es una recopilación de los cinco libros viejos que tenía la Cofradía en su fundación.

2º.- No es un censo lo que se reseña, se trata de una Memoria Perpetua, que era una carga para siempre que se le imponía a una casa o a un terreno, y esa carga iba destinada a sufragar el aceite de una lámpara, que se dijeran unas misas u otros oficios religiosos. De ahí viene la frase popular de: “Le cayó la perpetua”. Porque los herederos del difunto no se enteraban hasta que se abría el testamento. La carga de una Memoria Perpetua la adquiría también el que compraba el bien sobre la que estaba impuesta.

3º.- El Protocolo más antiguo que se conserva en el Archivo de Protocolos de Pozoblanco es de 1591. Pero eso no quiere decir que no hubiera escribanos hasta esa fecha. No tienen en cuenta que el abuelo materno de Juan Ginés, fue alcalde de Pozoblanco y Escribano público en los últimos 40 años del siglo XV. Escribanía que heredó su hijo Bartolomé de Sepúlveda, tío de Juan Ginés que fue el que movió las segundas pruebas de limpieza de sangre del Cronista en 1.516, murió poco tiempo después y sus hijos heredaron la Escribanía, y finalizando el siglo, esta escribanía, que siempre fue de la Familia Sepúlveda, era de Marcos Ponce, sobrino, secretario y hombre de confianza de Juan Ginés, y al morir Marcos Ponce hacia 1612 heredó la Escribanía su hijo Luis Ponce de Sepúlveda, que fue el que hizo a su expensas, la Ermita de Jesús Nazareno. Juan Ginés de Sepúlveda siempre firmó como Juan de Sepúlveda o el Doctor Juan de Sepúlveda. El nombre de Juan lo llevaron muchos familiares suyos por la rama materna. 



No se entiende que para descalificar esta Memoria Perpetua, no se indique a quién pertenecían las cuatro Escribanías públicas que existían en Pozoblanco en la primera cuarta del siglo XVI.

Juan Ginés de Sepúlveda dejó el Colegio de San Clemente de los Españoles de Bolonia en 1523 y se incorporó a la corte de Alberto Pío, príncipe de Carpi y allí permaneció hasta el 6 de mayo de 1527. Estancia en Roma que aprovechó para ser traductor de griego en el Vaticano, doctorarse en Teología y Filosofía y también cantar misa. 




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