El Madrid no tiene últimos fichajes

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Si hay algo más que me guste que un partido de fútbol es el mercado de fichajes de Primera División. Es una pasión que me viene desde que tuve el primer álbum de cromos. Siempre me enamoraba la página de los últimos fichajes. Algunos apenas tocaban y se cambiaban por 30,40 ó 50 cromos.

El Barcelona fue uno de los equipos que mejores fichajes hacía, el de Maradona o el de Quini que procedía del Sporting de Gijón. Sin olvidar el de Archibald o el de Lineker. Ramón Mendoza protagonizó uno de los veranos más ilusionantes del Real Madrid con el fichaje de tres cracks en el verano del 85 (Hugo Sánchez, Gordillo y Maceda). Mucho después llegaría Lorenzo Sanz fichando a Suker y Mijatovic. Parecía salirse del mapa con estas contrataciones pero el Barcelona ficharía ese verano a Ronaldo del PSV, equipo del que fichó también a Koeman unos años antes. También llegaron al Camp Nou jugadores de la talla de Romario o Rivaldo. Evidentemente hubo fichajes errados como el de Prosinecki en el Real Madrid o el de Amunike por el Barça. 



El siglo XXI arrancó con el fenómeno galáctico de Florentino Pérez. El tema Luis Figo fue más que un asunto deportivo. Como diría Valdano fue el primer bombazo del nuevo siglo. Decía Florentino para explicar su teoría de los galácticos: “En los primeros años de presidente, me dijeron: ‘Con el dinero de Figo se pueden comprar cinco jugadores’. Y yo dije: ‘No, no’. Por ejemplo, Zizou, que nos costó 75 millones más o menos en el año 2001, la gente me decía: ‘Pero tú estás loco, con esto compramos a casi un equipo entero’. Y digo: ‘No, no, pero es que yo quiero a Zizou, que es el mejor jugador del mundo’. Y así lo mismo hice con Ronaldo. Y se creó un fenómeno que pasamos de ingresar 100 millones de euros a ingresar 300 en un momento. Y dejamos de perder 30 millones de euros a ganar 50. Esa es mi mayor contribución y volví otra vez a encumbrar eso que había heredado”.

Florentino Pérez arrancó el siglo con una teoría que ahora ha cambiado drásticamente. No ficha nada. Incluso Adidas le está insistiendo y recordando que si no hay jugadores nuevos que disparen su marketing tendrán que revisar sus contratos. Los resultados avalan al Real Madrid quien ha ganado cuatro de las últimas cinco Copas de Europa. Nada es para siempre. Y el Madrid está dejando de ilusionar. Cristiano Ronaldo se marchó y Modric pide irse. El aficionado del Madrid tampoco encuentra al nuevo fichaje en el que ilusionarse. La temporada pasada, Florentino Pérez, no culminó una contratación que ya tenía casi hecha: Mbapeé. Y ahora no encuentra el jugador que le ilusione. O quizás no quiere encontrarlo. Su teoría es tirar de lo que tiene con jugadores jóvenes que son un melón por abrir. Theo, Llorente, Vallejo, Ceballos o Mayoral son el ejemplo. En la temporada pasada apenas jugaron.

El fútbol es una ilusión. La gente se ilusiona con las caras nuevas, con contrataciones de jugadores procedentes de otros equipos. No es una empresa al uso. Florentino lo comprendió con su llegada al Real Madrid. Motivos tendrá ahora para no seguir la teoría con la que cambió el mundo del fútbol a principios del siglo XXI. Como aficionado, me gustaría que el Madrid fichara a Courtois, Icardi o Hazard. Ya no tengo álbum aunque todavía recuerdo aquellos años con los mazos de cromos sujetados de una goma naranja y los futbolistas de papel deteriorados de las puntas de tanto repasarlos. ν

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