Mayores en el Pregón

EMILIO GÓMEZ
POZOBLANCO


No sé cómo será el Pregón de Feria. Lo dan los mayores. Sí, los que están en la época de las soledades. Posiblemente haya gente que sepa más que ellos de la actualidad de la vida para subirse a la tarima. O no. También es cierto que es una idea inacabada este formato de pregón. No hay pregonero como se hace siempre. Pero a mí, me llena de curiosidad el pregón de este año. Será por mi condición de periodista donde esperas noticias que no sean las de todos los años. O será porque siempre me han apasionado las entrevistas con los mayores.

Ellos son sinceros. No miden las palabras. Las lanzan sin más. No están en una época de ‘postureo’ ni de quedar bien. Tampoco están en la época de la vergüenza. Ya no les da miedo casi nada. A algunos ni les asusta la muerte. Están acostumbrados a todo. Hasta a la soledad (que esa sí que es terrible).

Te sientas a su lado con un micrófono y te cuentan su vida. Tal y como ocurrió. Te llevan de un año a otro, de una época a otra. Como si hubiera ocurrido ayer hablando mucho de la juventud y de la vejez, de la riqueza y la pobreza, del bien y del mal, de los sabores dulces y amargos. De su vida. Sin contemplaciones. A bocajarro. Comparten lo que vivieron. Su vida es una película que interpretaron en otro tiempo. Mucho tiempo antes. El presente le agoniza pero el pasado lo cuentan. 



Te hablan de lo que le gustaba de niños, de los amores que tuvieron, de sus ferias, de sus sueños que se le escaparon, de su boda, de sus miedos pasados y trabajos (muchos relacionados con el campo).

Ellos creen que sabes mucho más que ellos. No conocen nada de las nuevas tecnologías y eso les confunde. Ni dominan el WhatsApp, ni las redes sociales ni los nuevos móviles táctiles. Nunca les hizo falta. No lo dicen pero creen que se han perdido en el transcurrir de su vida. Lo que no saben es que lo esencial no ha cambiado. Eso siempre estará porque no se puede cambiar y porque no depende del hombre.

Quizás vivieron en tiempos de pobreza, de hambruna y de escasez aunque no comprenden nada del fango actual, de esos trapicheos y engaños que nos están llevando a no saber quién es quién. Ellos sí saben quiénes son. Lo dicen sin pudor. No cuelgan su mejor foto en el facebook porque ellos no tienen de eso con un nombre tan raro. Pero cuentan su vida. Lo bueno y lo malo.

Por todo eso espero el pregón. Quizás el testimonio de ellos no fuera para un pregón pues tendríamos que escuchar su testimonio en el día a día. Pero se ha pensado que estamos en la obligación de oírlos en el preludio de esta feria. No se parece esta feria a la suya. Aunque esta feria actual sea también de ellos, se quedan con esa de hace años cuando consiguieron ser jóvenes. Estaré allí. A ver qué pasa. 


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