Pongamos que hablo de vivir (XL)

JOSÉ ANTONIO CARBONERO FERNÁNDEZ
(Técnico de la Cooperativa Olivarera Ntra. Sra. de Luna de Vva. de Córdoba)


Se puede afirmar, sin género de dudas, que este año agrícola ha sido bien generoso, lo refrenda la buena cantidad de bellota en la dehesa y la gran cosecha de aceituna que los olivos albergan, lógicamente ambas íntimamente relacionadas con la pluviometría acontecida, entre los 600-800 mm (según zonas), unos datos realmente significativos para nuestra comarca. Sin embargo, a veces la lluvia nos llega de forma violenta y dispar, a finales de agosto y primeros de septiembre hemos visto como tormentas y granizos hacían estragos en Jaén y Córdoba, desgraciadamente también nuestro entorno comarcal se ha visto afectado por este tipo de eventos meteorológicos que normalmente causan más perjuicio que beneficio.

Decía el Quijote en una de sus aventuras manchegas, “Sin duda alguna, Sancho, que ya debemos de llegar a la segunda región del aire, adonde se engendra el granizo y las nieves; los truenos, los relámpagos y los rayos se engendran en la tercera región; y si es que desta manera vamos subiendo, presto daremos en la región del fuego, y no sé yo cómo templar esta clavija para que no subamos donde nos abrasemos. (Cervantes, 1615)”, bueno a tanto no llegamos ¿verdad?, bromas aparte, lo cierto es que durante algún que otro momento la cosa se puso algo peliaguda.

En la provincia de Jaén, concretamente en la zona de Alcaudete, se estima que la tormenta y/o granizada afectó a unas 3.000 hectáreas de cultivos, fundamentalmente olivar. Ya en la provincia de Córdoba, en Montilla, hablaron de que las tormentas afectaron a otras 3.000 hectáreas de cultivos, 20 % de viña y el 80 % de olivar. En el olivar de nuestra zona, también hemos sufrido los estragos del temporal, zonas como por ejemplo, de olivar de “La Chorrilla”, “Pista Guadalbarbo”· o “Los llanos de Villaharta”, han resultado afectadas, de diferente forma según la ubicación, pero afectadas al fin y al cabo.

Desgraciadamente el pasado domingo día 9 de septiembre, la tormenta se cebó literalmente en una zona en particular, los denominados “Llanos de Villaharta”, resultado de la unión de dos tormentas, originó una granizada que duró unos 53 minutos y que dejó 65 litros/hora en la finca que cayeron en forma de granizo, lo cual hizo una auténtica escabechina en el olivar que fui a visitar al día siguiente. Era devastador ver como había caído al suelo prácticamente la mitad de la cosecha de nuestro socio, máxime con el agravante de que sucede una vez pasado el verano, a un mes de la recolección, con una buena carga por árbol (40 kg/árbol aproximadamente) y un gran tamaño y porte de aceituna, en fin como se suele decir, hizo una hacienda completa.

Una vez sucede esto, hay que tomar medidas y rápido, en estas fincas afectadas es recomendable hacer un tratamiento con abonos fortificantes y fitosanitarios lo antes posible, ya que los daños que ocasionan estas tormentas tan agresivas son variados: primero la aceituna que tira al suelo el granizo, segundo los daños en toda la parte foliar (copa) del olivo y en tercer lugar y esto es lo más frustrante, también se ve afectada la aceituna que queda en el árbol, ya que no solo pierde en peso y calidad (acidez del AOVE), sino que es muy susceptible al ataque de escudete(1).

Por tanto y por matizar, el granizo produce heridas en los frutos y en la corteza de brotes, ramos, ramas y troncos. Estas heridas son importantes ya que son puntos de infección y entrada en la para hongos (escudete) y bacterias (tuberculosis). Con objeto de evitar o disminuir estas infecciones, es necesario efectuar tratamientos en pulverización foliar (abonos y fitosanitarios) dentro de las 48 horas posteriores a la granizada. En olivo, deben combatirse las infecciones de la bacteria causante de la Tuberculosis con compuestos de a base de cobres. En el caso de los frutales de hueso, la infección más peligrosa es la producida por monilia y en cuanto a la vid, también se recomienda el uso de compuestos derivados de cobre para limitar las infecciones de botrytis y podredumbre blanca.

Por terminar, reincidir en el tema de la rapidez a la hora de atajar el problema, realizar una rápida cura con abonos y fitosanitarios es algo esencial para paliar el problema, siempre en la medida que nos sea posible, pues unos daños severos son muy difíciles de combatir y también cuantificar justo después de la tormenta, pero desde luego que no le quepa duda al lector que es lo único que puede hacer un agricultor/ganadero para intentar evitar este gran problema.


(1) El escudete de la aceituna (Camarosporium dalmaticum), es un hongo que causa daños solo a las aceitunas, tiene como particularidad el transmitirse gracias al agua de lluvia, penetra en los tejidos por las heridas producidas bien por el granizo o por picadura de la Mosca del olivo, deprecia gravemente el fruto y el aceite que se obtiene de este, también influye negativamente sobre su peso, provocando como consecuencia la caída de este. 




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