La foto que retrata los nuevos tiempos

EMILIO GÓMEZ
(Periodista-Director)


Esta foto fue un bombazo en las redes sociales por la verdad que esconde. Se ve en la foto como hay mucha gente que trata de grabar o fotografiar un momento, mientras que una anciana lo miraba tranquilamente apoyada en una valla.

Hay mucha gente que se lleva el móvil a la calle, al concierto, a los toros, al teatro, al baile de fin de curso, al paso de un famoso o de un paso de Semana Santa. Y se pone a grabarlo todo. Mientras se están produciendo ‘las emociones’, él o ella lo están grabando. Sin embargo, se está perdiendo el momento. Hay cosas que un vídeo no puede grabar. Hablo de los sentimientos que se producen. Hay momentos que no están recogidos en una foto. ¿Puede fotografiarse el alma? Hablo de esos momentos que se producen dentro de uno. No se puede fotografiar el alma, ni el silencio ni tampoco las emociones. Al final, todas las personas que están grabando tendrán los mismos vídeos, los mismos ángulos, las mismas cosas. No obstante, si se hubieran dedicado a sentir el momento, lo hubieran sentido de manera diferente al vecino de la fila. 



La señora mayor de la valla está tranquila. El resto están intentando coger la mejor panorámica para su foto. Pendientes de que el móvil enfoque bien, de que la batería no esté agotada, de que no se cruce nadie, de que no entre una llamada. La anciana está ligera de todo. La pantalla suya no es táctil, son sus ojos. Solo mirando. Solo sintiendo. Está viendo lo que pasa por su vida. No trata de inmortalizarlo. Solo vivirlo. El vídeo de los demás acabará en la papelera de reciclaje del ordenador o en la del móvil antes o después. Con suerte el vídeo pervivirá aunque, a lo mejor, jamás será visto. No nos damos cuenta de que tenemos la grabadora más potente en nuestro interior, la que graba para siempre y en la que no es necesario acudir a nuestra galería de imágenes del móvil o el ordenador. Los momentos son para vivirlos. No para inmortalizarlos. Grabar algo maravilloso puede ser bonito pero sentir algo maravilloso es algo que puede ser para toda la vida.

Intentamos inmortalizarlo todo sin ser conscientes de nuestra levedad y fugacidad. Como las cosas que pasan. Como las que están pasando ante los ojos de esa anciana que está junto a la valla. Ella representa otro mundo en el que la humanidad y la riqueza interior son más importantes que la riqueza tecnológica. Si se graba es porque se desconfía de nuestra fantasía y de nuestra capacidad para recordar. Y hasta de sentir. Decía Einstein que llegará el día en el que la tecnología supere a nuestra humanidad. Las emociones no se llevan al ordenador de casa. Las emociones se llevan al alma. 


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