El mayor arte de la seda

ARTURO LUNA BRICEÑO


En los gremios medievales existían unos oficios considerados artes mayores. Uno de ellos era los cultivadores, hilanderos, tintoreros y tejedores de seda.

La seda es una fibra producida por un gusano: El gusano de seda. La leyenda dice que fue el viajero veneciano Marco Polo (nació en 1254 y murió en 1323) quién trajo huevos de gusanos de seda escondidos en el pomo de un bastón, en uno de sus viajes a China, en busca de los preciados tejidos de seda, que tanto gustaban. Pero a pesar de la fama del viajero veneciano, que creó las famosas Rutas de la Seda, desde China a la Republica de Venecia, lo cierto es que la seda y su cultivo fue traído a occidente por los árabes que invadieron en el 711 la Península Ibérica. 

Gusanos de seda.


Uno de los grandes propulsores del uso de los tejidos de seda en Al Ándalus, fue el músico árabe Ziryad ben Ziryad. La leyenda de este árbitro de la moda de Andalucía, cuenta que era aprendiz de músico en la Corte Harún al Rhasid, el Califa de las Mil y una noches.

Era Ziryad un virtuoso del laúd del que quedó prendado el Califa. Su maestro, viendo que peligraba su puesto de músico de la Corte, lo llamó y le dijo: “Eres un buen músico, y le has gustado a Harún, pero yo no puedo dejarte en la Corte, así que si no la abandonas no tendré otro remedio que matarte”

Entendió el mensaje Ziryad y se buscó un trabajo en el palacio del emir de Córdoba: Alhaken I. Vino a España, después de haber vagado por África del norte. Y al llegar a Córdoba se enteró de la muerte del Emir, por lo que decidió abandonar la capital de Al Ándalus y volver a Ifriquiya, pero alguien le dijo que el heredero: Abderramán II, era un gran amante de la música. Ziryad entro a formar parte de su corte, y fue el gran animador de ella, tanto con su laúd, como con las artes que empleó para cambiar la moda y los usos en el vestir en Córdoba. A su impulso, los tejidos de seda, hasta entonces poco usados en la España musulmana, se pusieron de moda y el cultivo y el tejido de la seda pasó de ser un oficio menor a un arte mayor. Estos hechos sucedieron en la década de los años que van del 830 al 840. 

Gusanos de seda comiendo morera.


El gusano de seda fue cultivado en todo Al Ándalus, pero la seda de mayor calidad procedía de Murcia, Granada y la Campiña Cordobesa. Su principal alimento era la hoja de moral.

Los gusanos nacían de los huevos, que el año de antes habían sido puestos por las mariposas, en que se habían convertido los gusanos, una vez encerrados en los capullos. Hasta entonces los huevos se conservaban en un lugar seco y fresco. Y se les provocaba el nacimiento a las larvas cuando los morales tenían las suficientes hojas para alimentarlos.

La cría del gusano de seda, dura unos dos meses, en ese tiempo el gusano pasa por cinco edades que se suceden por las cuatro veces que la larva cambia la piel. El gusano de seda depende totalmente del hombre. Su adaptación es tan grande, que una diferencia brusca de cinco grados centígrados en el ambiente los mataría. Desde que nace hasta que comienza a hilar su capullo ha aumentado cinco mil veces su tamaño. 

Ahogando las crisálidas.


Cuando comienzan a hilar el capullo, la seda, en forma de delgado hilo, sale a través de dos orificios que tiene la oruga en la cabeza. El capullo se va haciendo con un hilo continuo de 700 a 800 metros de longitud, de los cuales se pueden obtener unos quinientos metros de hilo de seda. Para darle más espacio a los gusanos que estaban hilando solían colocar ramas de tomillo o retamas. Y una vez terminado el proceso de hacer los capullos, se los limpiaban y se procedían a ahogar las crisálidas.

El proceso de hilado se hacía en una caldera de cobre llena de agua caliente. Allí se echaban los capullos y con una vara de brezo se buscaban los hilos de cuatro o cinco y eran llevados al huso de la rueca o torno de torcer. Los hilos obtenidos se liaban en madejas y se procedía a tintarlos, Y una vez secos ya se podían tejer.

Este proceso era trabajo auxiliar de los huertanos y de los campesinos que obtenían de ello otra fuente de financiación.

En las Respuestas Generales del Catastro de la Ensenada se tenían que declarar los morales que existían y el propietario de ellos debía de pagar un impuesto y también declarar cuantas hojas de moral recolectaban.

Repuesta a la 6ª pregunta en Alcaracejos: “Que los árboles que se hallan plantados en las tierras que llevan declaradas perteneciente a esta Villa y sus vecinos son viñas, encinas, muy pocos árboles frutales reducidos a membrillo, granados, higueras y morales”. 

Hilando la seda.


Y en otra pregunta dijeron: “Que los frutos que producen las tierras del término común de estas Siete Villas pertenece a esta y sus vecinos, son trigo, cebada, centeno, higos, vino, hortaliza, alguna poca fruta, bellotas y pasto; y los Morales el de su hoja”.

Y más adelante declararon: “Que los Morales que hay en las tierras pertenecientes a los vecinos de esta Villa sin embargo de venderse su hoja por un tanto conforme cada uno puede ajustarla, consideran que cada uno producirá una halda (saca grande) de hoja de cuatro arrobas cada una al año. La que se vende para la cría de seda, aunque es de corta consideración la que hay en este pueblo y a dicho respecto regulan la fanega de tierra plantada de dicha arboleda que según su regular plantío comprenderá sesenta pies y doscientas cuarenta arrobas de hoja”.

La Villa de Alcaracejos era la única que declaraba la venta de la hoja de morera, lo que indica que en la Villa existían criadores de gusanos e hilanderos de la seda. 


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